A muchos les encantaría tener una vivienda en el casco histórico con una antigua torre del medievo. Todo un lujo. Es el caso del matrimonio formado por Josefa Méndez y Juan Félix Iglesias, jubilados e inquilinos de una casa de propiedad familiar. En junio de 1950 se mudaron a un inmueble adquirido por el padre de Josefa en Fuente Concejo, con la Torre del Río (siglo XII) incluida en las escrituras, a la que se accede desde la propia vivienda por unas escaleras interiores. En principio, un atractivo; ahora, un problema. La torre se deteriora y desprende a diario piedrillas y tierra. La humedad que rezuma ha dañado la cubierta de la casa: la zona de las escalinatas está negra y el yeso se cae.

El mal estado de la torre, construida en mampostería, se hizo patente diez años atrás. "No podemos hacer nada al tratarse de un edificio tan antiguo; deben intervenir las instituciones", explica Josefa. Cuando aparecieron grietas y comenzaron a caer las primeras chinas, un albañil alertó al matrimonio del riesgo que podría correr. "Desde entonces hemos avisado varias veces al ayuntamiento, a la Junta... Todo sigue igual", señala.

VARIOS AÑOS SIN RESPUESTA

Por la torre han pasado algunos expertos para efectuar mediciones y tomar pruebas, "pero nunca vuelven a arreglarla", lamenta. Un buen día se desplomó una piedra sobre un coche y los técnicos que reformaban el Arco del Cristo comunicaron al matrimonio que la restaurarían seguidamente. Hace cuatro años se limitaron a cubrirla con una malla negra.

Esta red también se ha desprendido por un lateral. "Ahora arrastra la tierra y retiene más humedad. Técnicos de la Junta dijeron que vendrían en febrero", señalan los inquilinos, que de momento han logrado sujetar la malla con hilos y han tenido que arreglar su tejado. "El acceso está tan mal que ya ni subimos", indican.