Asociaciones y vecinos de Aldea Moret aseguran que el cuartelillo de la policía local no abre con regularidad desde hace más de un año, aunque afirman que sí pasan de forma esporádica algunos agentes por la oficina situada en Río Tíber, para la que piden más continuidad. Los representantes de los colectivos vecinales de Santa Lucía y Santa Bárbara, la Asociación Cultural Aldea Moret coinciden en señalar que el local solo se utiliza "de forma esporádica", y que "lo habitual es que no se utilice". El representante vecinal de Santa Lucía, Pedro Nevado, afirmó ayer a este diario que que la policía "solo pasa de vez en cuando por ese local" y añadió que "hace ya dos meses nos dijeron que en el ayuntamiento que pronto habría un par de parejas haciendo rondas a pie por la zona, como sen otros puntos de Cáceres, pero lo cierto es que aún no se ven".

Desde el colectivo de Santa Bárbara, Guadalupe Iglesias insistió en que no entiende para qué sirve ese local "si está más tiempo cerrado que abierto". En los mismos términos habla Arístides García, de la Asociación sociocultural Aldea Moret. "El local está semiabandonado, pero es cierto que nunca ha funcionado con normalidad" señaló. El representante vecinal recordó que en desde los años 80 se viene reclamando en el barrio que traslade esta oficina a otra más amplia de la calle Germán Seller con agentes de las policías local y nacional. "La de Río Tíber es casi un punto de avituallamiento", señaló y matizó que cuando hay alguien se trata de un solo agente. "Una persona no puede estar sola ahí porque si lo está no está en la calle", concluyó.

LOS VECINOS Al igual que sus representantes, la sensación que los vecinos perciben es de abandono del local y de cierta inseguridad, aunque reconocen que pasan algunas patrullas por la zona. "Los que más pasan son los coches de la policía nacional", cocluían un grupo de vecinos del barrio en una improvisada tertulia en un parque próximo al cuartelillo. "Desde que Mena --el agente destacado allí-- se jubiló hace más dos años el local dejó de funcionar. No sé para qué lo quieren", cuestionaban José Galán y Francisco Verdejo, que llevan toda la vida en el barrio. Esa misma pregunta se planteaban, Juana Vinagre e Isabel Quiñones, dos vecinas, para las que "se nota abandono y descontrol en la seguridad del barrio".

Desde el kiosco de la ONCE de la Avenida de la Constitución, Juan Manuel Trejo añadía que "como no se sabe ni qué días abre o a qué horas hay algún agente allí, los vecinos no saben cuando pueden acudir a la oficina de Río Tíber". Una idea con la que coincidía Francisco Javier Pardo, desde su charcutería de la misma avenida: "No sé si es un problema de dejadez, pero lo cierto es que no es un problema de ahora", zanjó.

EN VIAS DE SOLUCION El pleno del ayuntamiento dio ayer el primer paso para poner fin a las quejas vecinales por el cierre de esta oficina de la policía local, al aprobar la ampliación en 15 efectivos de la plantilla actual. "No hay suficiente plantilla para tener un servicio permanente en esa oficina, pero hay un informe policial que confirma que el local se mantiene abierto periódicamente y eso es incuestionable", explicaba ayer el concejal de Seguridad, Carlos Jurado.

El edil insistió en que aún está pendiente la reorganización del servicio y que en ella contemplan "potenciar este local", afirmó. "No va a haber medidas espectaculares de llevar a diez agentes una semana y que luego no haya nadie, pero se reforzará la presencia de agentes en la zona y se irá ampliando el servicio paulatinamente, como en el resto de la ciudad", zanjó.