Los vecinos de la calle Marcos Mariño, en Vegas del Mocho, están preocupados por la dimensión de los pastos de las parcelas privadas que lindan con sus viviendas, las cuales se encuentran incluso sin vallar. Concretamente, los vecinos temen que se origine un incendio que pueda llegar a alcanzar sus casas o sus vehículos estacionados, más próximos a las fincas. Además, los miércoles se coloca en la zona el mercado franco y las calles aledañas a la vía se saturan de coches y gente, con lo que el problema se agravaría en caso de incendio.

El año pasado, los vecinos aseguran que ardieron cuatro o cinco parcelas. «Los pastos miden más de un metro de alto y aquí nadie ha desbrozado en los últimos 14 años», desvela Salvador, vecino de Marcos Mariño, que reclama que el ayuntamiento actúe de forma subsidiaria como ya sugirió el Grupo Municipal Socialista hace solo unos días. «El año pasado salieron ardiendo cuatro o cinco de estas fincas, por suerte de madrugada. Lo malo es que se prenda fuego un miércoles, con 60 o 70 coches aparcados y muchísimas personas. De hecho, es un milagro que no haya pasado nada grave aún», añade Salvador, que como la mayoría de sus vecinos está «cansado» de que el consistorio no actúe en su barrio.

Muchos de los vehículos en esa zona estacionan junto a dos de las fincas privadas que se encuentran sin desbrozar y sin vallar, por lo que los pastos prácticamente lindan con la calzada. «Si llega el fuego a un coche hablaríamos de otra cosa», descubre Julián, otro residente en la calle que lamenta que su barrio este «en el olvido». Julián se queja además el estado de mantenimiento de algunas de las fincas de su entorno. «Muchas de las parcelas son auténticos vertederos, la gente tira de todo en ellas», añade este vecino.

Como él, otra residente en Marcos Mariño que prefiere permanecer en el anonimato denuncia la situación. «Creo que el ayuntamiento les obligó a vallar las parcelas y a desbrozarlas, pero no lo han hecho en todas», señala esta vecina que en ocasiones guarda su vehículo en su garaje pero bastantes veces opta por dejarlo en la calle. «Con el calor que hace, un pequeño cristal ya puede provocar un fuego y cualquier pavesa que salga volando puede caer en tu patio», opina esta vecina.

Por todo ello, los residentes en Marcos Mariño y alrededores demandan al ayuntamiento que requiera a los propietarios de las parcelas que las mantengan cuidadas y adecentadas, algo que limitaría mucho el peligro de incendios. Este año, los vecinos esperan que no salgan ardiendo otras cuatro o cinco fincas. Si no se actúa rápido, el riesgo estará ahí.