Están cansados. Los vecinos del barrio R66, concretamente los residentes en la calle Islas Filipinas, se quejan de las molestias que les ocasiona el que el parque contiguo a la vía se haya convertido en un punto de encuentro de jóvenes para la práctica del botellón. Situación que arrastran, según el testimonio de una vecina que prefiere permanecer en el anonimato, desde hace al menos dos años.

Los perjuicios que sufren los residentes tienen que ver con el ruido que forman los adolescentes hasta altas horas de la madrugada, así como con la suciedad que generan. «Cada vez va a más. Ahora no es tan seguido pero en verano nos molestan todas las noches», desvela esta vecina que remarca la suciedad que le toca recoger a los trabajadores municipales. «Esta lleno de botellas de cervezas, de bolsas... Anoche mismo estuvieron montando un guirigay tremendo. Dan voces, se ponen con la música con el móvil...», señala la afectada, que añade que algunos son incluso menores de edad y no solo consumen alcohol sino también marihuana, la cual «suelta un olor que echa para atrás».

Los residentes han llamado en alguna ocasión a la policía local. Sin embargo, la zona donde se juntan los jóvenes se encuentra rodeada por abundante vegetación, algo que puede dificultar la labor de los agentes. «Han venido alguna vez pero como no se les ve por los árboles no sirve de nada». En ese sentido, esta vecina incluso llegó a trasladar por escrito la problemática al servicio de Parques y Jardines del ayuntamiento. «Les pedí que quitasen los bancos, para que así no tengan tantas comodidades al menos. O si no, que recorten los arbustos para que la visibilidad sea mayor para la policía y no se sientan tan protegidos», destaca esta vecina, que entiende que «en algún lugar se tienen que reunir, pero que no sea siempre en el mismo sitio».

La situación que viven los vecinos de la calle Islas Filipinas se da también en otros puntos de la ciudad. Además de en la zona centro, donde este diario ya publicó quejas vecinales por idénticos motivos, este mismo lunes por la noche --sobre las 1.45 horas-- residentes de la Mejostilla alertaron a la policía local de la presencia, en el parque situado frente al centro de salud, de un grupo numeroso de jóvenes que impedían su descanso, teniendo que desplazarse una dotación para poner fin al incidente.