La Asociación de Vecinos Castellanos-Macondo se queja de que la junta directiva del colectivo "ha rescindido, de manera unilateral y sin autorización de una asamblea vecinal, el contrato del actual concesionario de la cafetería de la sede vecinal". Así lo manifiesta Juan Francisco Luis, un vecino de la barriada que, aunque no es socio, se ha posicionado en contra de la medida y su postura ha sido respaldada por miembros de la asociación. Por su parte, Esperanza Terón, presidenta del colectivo, no ha querido hacer declaraciones a este periódico más que para aclarar que han "actuado bien".

Las condiciones planteadas a la cafetería por parte de la junta directiva, previamente a la rescisión del contrato que terminaba a finales de este mes, "eran inadmisibles", según Luis. "Cinco días al año de vacaciones, abrir todos los domingos y tener en plantilla al menos seis camareros", desvela. "En las asociaciones de vecinos hay unos estatutos que se rigen por los órganos colegiados que marcan la ley de procedimiento. Una junta directiva no está facultada para tomar esas decisiones si no es mediante una asamblea. La junta ejecuta aquellos mandatos que la asamblea le plantea", argumenta.

Lo que demanda el colectivo vecinal es que se paralice esta medida y se convoque una asamblea para tomar una decisión porque "se está negando la participación ciudadana a los vecinos".