Los miembros de la asociación de vecinos del barrio de San Blas aprovecharon ayer, en la clausura de sus fiestas anuales, para reivindicar la mejora en las comunicaciones de la zona. Los vecinos reflejaron sus opiniones acerca de la evolución del barrio, pero también mostraron su desacuerdo con el mal estado de algunas calles y con la falta de una línea de autobús para acercarles al centro de la ciudad. "Han construido pisos, el parque de la universidad, el albergue nacional y ahora están rehabilitando El Refugio, que es la insignia del barrio", comentan Antonia Alcaide y Justa Rufo, residentes en el barrio desde que nacieron.

A pesar de la evolución de la zona, "para coger un autobús tenemos que subir hasta la plaza de toros y ya somos mayores para subir la cuesta", comentan.

Aseguran que las calles tienen poca circulación "y algunas están llenas de baches", dice Antonia Alcaide, quien añade que apenas pueden pasar por la calle Bailén, porque le da miedo caerse. "Está fatal, los coches se quedan atrapados en los hoyos, que cada vez son más grandes".

SIN QUEJAS Por otro lado, San Marquino celebró ayer una comida popular a todos los asociados para poner fin a las fiestas.

"Todo ha salido perfecto, la organización ha trabajado mucho y nos hemos divertido", dice Felipa Sánchez, vecina de la zona.

Los festejos comenzaron el lunes con actividades para niños. El programa aseguraba la diversión para todos con verbenas, actos conmemorativos y muestra de trabajos artesanales. "Lo hemos organizado con ilusión, porque nos interesa la convivencia vecinal", dice Clara Rodríguez, presidenta de la asociación.