Sellé todas las puertas con toallas y cinta adhesiva. Después repartí algunas mascarillas de obra, aunque eran poco efectivas contra el humo, y salí con toda la familia a mi terraza, en la octava planta. Yo sólo pedía que sacaran de allí a mis dos nietos. Hora y media después los bomberos lograron evacuarlos con la escala y la cesta".

Estas son las declaraciones de Juan Burgos, uno de los vecinos que resultó afectado por el incendio que se desató el miércoles en el piso 6-A del número 8 de San Francisco, escalera izquierda. Los inquilinos de las plantas 7, 8 y 9 quedaron atrapados a causa del humo y algunos tuvieron que ser evacuados por el exterior. Otros bajaron finalmente por su propio pie, pero la espera, según cuentan, fue angustiosa y hubo momentos de pánico. "Desde abajo nos decían por los teléfonos móviles que estuviésemos tranquilos. Era difícil. Efectivos del 112 no paraban de llamarnos para ver cómo seguíamos", recuerda Pilar, de la planta 7. Los pisos inferiores ya estaban desalojados.

El bloque presentaba ayer un aspecto lamentable, con los rellanos superiores negros por el humo, el ascensor averiado por el agua de las tareas de extinción y un fuerte olor a quemado. Los peritos revisaron el piso siniestrado, que salió ardiendo a las siete y media de la tarde por causas aún desconocidas, según una hija del matrimonio propietario. "Estamos viviendo con unos familiares; llevará mucho tiempo reparar la vivienda", explicó ayer. Los daños son muy elevados. Además, otros pisos colindantes están afectados y algunos vecinos aún pernoctan fuera de sus casas.