La lucha vecinal por arrebatar la plaza de Santiago a un grupo conflictivo y recuperar el espacio para sus habitantes está dando sus frutos. Esta semana representantes de la asociación Cáceres Monumental han mantenido una reunión, en la subdelegación del Gobierno, para exponer los problemas de convivencia y seguridad que vienen padeciendo en los últimos dos años y que «se han agravado desde el verano», declara Juan Manuel Honrado, presidente de la asociación vecinal. A esta primera reunión asistieron representantes de la Policía Local y municipal, el subdelegado del Gobierno, Juan Carlos Bote, y el concejal de Seguridad, Rafael Mateos. La próxima semana mantendrán una segunda reunión a la que se sumará un representante del IMAS, porque «el problema de estas personas es un problema de salud y necesitan de intervención social», declara Honrado. El presidente se refiere a un grupo de unas seis personas que tiene secuestrados los jardines circundantes a la iglesia que da nombre a la plaza. Según avanza el día, el ambiente se va volviendo más duro y, junto al menudeo de drogas, van surgiendo peleas acompañadas de gritos e, incluso, actos realmente groseros. En su opinión «no se trata de echar a nadie del barrio sino de solventar los conflictos que surgen en la convivencia».

En este sentido, dos vecinas reconocen que en verano «no podíamos salir a tomar el fresco como antes o utilizar los bancos de la iglesia porque la plazuela siempre está ocupada por este grupo».

Con el fin de recuperar la plaza para sus vecinos, Cáceres Monumental ha organizado una convivencia para el próximo sábado, 16 de diciembre.

Ese día, los diestros a los fogones se encargarán de preparar un cocido, los músicos darán un concierto, los actores representarán una obra teatral de sombras y los historiadores realizarán una ruta guiada por el entorno. También han creado juegos artesanales que ayer mismo estaban probando. «Queremos que la del sábado sea la primera de muchas citas en comunidad». Para Honrado es «importante que los vecinos se sientan protagonistas del día a día del barrio». En este último año, la lucha vecinal ha logrado que «gente que antes apenas convivía ahora aporte al barrio lo que puede». «La verdad es que es fantástico porque los vecinos y la gente que tienes a tu alrededor empieza ya casi a formar parte de tu familia».