El insalvable desencuentro entre Felipe Vela y José María Saponi vivió ayer su capítulo final con la celebración de un pleno en el que se oficializó la renuncia del conocido auditor cacereño a su acta de concejal. A cuatro meses de las próximas elecciones municipales y en la recta final de su agitada tercera legislatura, el alcalde de Cáceres recuperaba su mayoría absoluta y daba carpetazo definitivo a lo que él mismo ha definido como "la historia de una decepción": la ruptura política con el hombre a quien llamó para que formara parte de sus filas y al que situó como el fichaje estrella de su gobierno. "Tiene usted nuestra bienvenida y nuestra aprobación para retirarse", dijo ayer un Saponi que, con cara de alivio, vio como Vela abandonaba la sesión. No hubo intervenciones ni reacciones, ni del gobierno ni de la oposición ni del propio concejal, que se marchó del salón de plenos esbozando una sonrisa, seguramente confiando en que en mayo volverá.

Aunque la marcha de Vela era, sin duda, lo que daba morbo al pleno, lo cierto es que el asunto pasó de puntillas y los políticos centraron toda su atención en dar luz verde al convenio de los trabajadores del ayuntamiento, que fue aprobado por unanimidad. Pero lo cierto es que la marcha del edil es una de las noticias del año. Fue en el 2003 cuando Felipe Vela, un conocido abogado cacereño, entraba en política de la mano de Saponi. Siempre se le situó como el sucesor del histórico dirigente popular, pero las diferencias entre ambos no tardaron en llegar y un año después Vela hacía amagos de marcharse. En el 2005 el edil dejó el gobierno para convertirse en concejal no adscrito hasta que ayer, finalmente, abandonó el ayuntamiento.

El ya exconcejal confesó ayer, en declaraciones a EL PERIODICO, que se marcha "con un regusto amargo": satisfecho por su aportación a la ciudad (sobre todo en el área de Economía) en sus años felices con Saponi, y "pesaroso" por las reacciones que su conducta han despertado en el alcalde; especialmente la lectura que hace el jefe del Ejecutivo municipal, ésa que sostiene que Vela aprovechó su enfermedad para hacerle la cama .

"No es cierto --apunta Vela--. De hecho, el 7 de diciembre del 2004 (Saponi se estaba recuperando) me dirige una cariñosísima nota en la que me dice: Felipe, lo estás haciendo satisfactoriamente bien y agradezco tu colaboración" .

Vela añade que cuando el alcalde regresa a su puesto, él le pone sobre la mesa "la necesidad de regularizar los 4,5 millones de euros que se habían contratado irregularmente. Cuando descubro el agujero; es ahí cuando comienzan nuestras diferencias insalvables. El no quiere saber absolutamente nada de ese asunto y me dice que si no estoy de acuerdo, que me largue". Vela cuenta que le produce "una tremenda perplejidad" que Saponi le haya pedido insistentemente el acta "cuando el 3 de octubre del 2004 le presenté mi renuncia y él no la aceptó".

El edil cree que no ha sido desleal con Saponi: "Le garanticé que no haría una moción de censura y que con mi voto tendría asegurada la gobernabilidad, y así ha sido"; y justifica alguna de sus votaciones contrarias poniendo el ejemplo de El Corte Inglés: "Mi postura valió para que la ciudad consiguiera mayores plusvalías".

JUGADA MAESTRA Pero Vela se va y apuesta por una jugada maestra : deja el consistorio cuando ya no hay asuntos relevantes que discutir --están aprobados inicialmente el plan general y El Corte Inglés-- y se muestra dispuesto a preparar a fondo su candidatura a la alcaldía por Foro Ciudadano, la agrupación que encabeza y con la que concurrirá a las próximas elecciones.

El exconcejal asevera que se presenta "para ganar", pero aclara que ello no significa "obtener la mayoría absoluta sino tener la capacidad de entrar en una acción de gobierno"; y eso pasa, irremisiblemente, por pactar. ¿Con quién? Vela, algo huidizo responde: "Con quien garantice, respete y acepte la ejecución de los proyectos del programa de Foro Ciudadano".

¿Pero con quién, con el PSOE o con el PP... porque a la gente le gustaría tenerlo claro?, se le pregunta. Y él se desvía: "No somos ni de derechas ni de izquierdas. Es muy difícil que los dos apoyen mis proyectos". Y, seguidamente, pone algo de luz y comenta: "José María Saponi, en un acto propio de la soberbia que le caracteriza y la cintura política que está perdiendo dice que no pactará conmigo. Yo estoy abierto a los pactos que garanticen que la ciudad prospere. Si el PP y la ciudad necesitan nuestro apoyo lo tendrán. Pero yo no soy satélite de nadie".

¿Y si la jugada maestra no sale bien? "Volveré al 100% a mi despacho con la satisfacción y la hombría de quien ha sido capaz de luchar por la ciudad hasta sus últimas consecuencias. Y me iré con una sonrisa".

Entretanto, y hasta que las urnas digan su última palabra, el gobierno de Saponi trataba ayer de dar muestras de que volvía a la normalidad, y presentaba oficialmente a su nuevo concejal, José María Floriano, que en su primera intervención pública ante la prensa dio muestras de lealtad a Saponi y al PP y se consideró "un suplente de lujo".