El exceso de velocidad se convierte en la principal causa de los accidentes que se registran en las carreteras de la provincia. Hasta ayer 41 personas habían perdido la vida en los siniestros en las vías cacereñas durante el 2004, diez más que en el mismo periodo del año anterior.

El jefe provincial de Tráfico, Antonio Carrasco, consideró ayer que la cifra de víctimas registrada este año está dentro de lo normal. "Desgraciadamente el número de muertos y heridos es alto. El 2003 fue un año excepcionalmente bajo con un 30% menos que en el 2002. El 2004 está por debajo de las cifras del 2002, pero supera al 2003", dijo.

Se da la circunstancia de que este año, aunque ha aumentado el número de muertos, no ha subido la cifra de accidentes. "La siniestralidad es más reducida pero con consecuencias más graves", aseguró. También los heridos graves se han reducido con respecto al año pasado.

Hasta el pasado 15 de junio, la mayor parte de los muertos en carretera superaban los 50 años. "Cada conductor tiene sus problemas al conducir. El que lleva muy poco tiempo y es muy joven tiene una conducción más agresiva y menos responsable. Las personas muy mayores, aunque tengan mucha experiencia, pierden reflejos", subrayó.

Carrasco explicó que en las causas de los siniestros interviene siempre un "elemento aleatorio que consiste en que el vehículo accidentado tenga una ocupación u otra. Si el vehículo ocupante va con un muerto, puede haber un muerto. Si va con cinco, puede haber cinco. Es el caso de los autobuses".

En cuanto a la incidencia por vías, los accidentes están relacionados con la densidad de tráfico que soporte la carretera. "No podemos hacer ninguna diferenciación entre nacionales y autonómicas, aunque en las locales hay menos accidentes".

SIN PUNTOS NEGROS Tráfico no ha detectado en el 2004 ningún punto negro --lugar del vía en un margen de 100 metros donde se producen en un año tres o más accidentes con víctimas--. En el 2003 hubo cuatro.

En cuanto al alcohol como la causa de accidentes, su incidencia es menor de lo que parece. "Sí se observa en las infracciones graves. El exceso de velocidad no está en la conciencia social como un riesgo", dijo Carrasco.