La Asociación de Vecinos Veracruz reclamó ayer el cumplimiento de los horarios para los vendedores ambulantes del popular mercado franco. La presidenta vecinal, Juana Salgado, denunció las quejas de residentes en la ronda de la Pizarra, avenida donde se colocan los tenderetes, debido a los ruidos que se producen desde las cuatro y las cinco de la madrugada de los miércoles por la instalación de los puestos.

La portavoz vecinal aseguró que los vendedores disponen de permiso para poder colocarlos a partir de las siete y hasta las doce de la mañana. Asimismo, Salgado pidió también que faciliten la entrada y salida de las bloques de viviendas porque, dijo, "las furgonetas ocupan las aceras e impiden en ocasiones el paso a los vecinos". En este sentido, alertó de la necesidad de habilitar un acceso al mercado para casos de emergencia que, indicó, "es ahora inexistente".

Por otro lado, la responsable del colectivo vecinal resaltó el buen estado de esta barriada que comprende la zona de las 232 viviendas, aunque recordó el compromiso adquirido por el ayuntamiento de acometer la renovación de los acerados de la calle Méjico, tras estar casi acabados los del perímetro del mercado de la Dehesa de los Caballos. "Eran muy necesarios porque toda esa zona estaba en tierra", subrayó Salgado.

ZONA ABANDONADA Asimismo, hizo hincapié en la necesidad de actuar en un terraplén situado en el recinto del campo del fútbol, cerca de la pista deportiva en la que está pendiente el nuevo vallado. La presidenta de Veracruz solicitó que este terreno se transforme en un pequeño parque. "Está lleno de arbustos y suciedad y se ha convertido en un estercolero", indicó.

Salgado recordó que durante este invierno han sufrido dos inundaciones en la sede vecinal que se encuentra frente al terraplén ya que, por la falta de pavimento, el agua ha arrastrado la tierra y ha taponado tragantes. La responsable vecinal añadió que también se han producido quejas de negocios y vecinos del barrio por las raíces de árboles que levantan el pavimento, así como debido al polvo procedente del campo de fútbol, que reclamó regar diariamente.