En la canción del Dúo Dinámico El final del verano hay un fragmento que dice el verano nos unió . A quienes permanecimos en la ciudad nos unieron aquellos lugares de encuentro como las piscinas o el mercadillo, que se podía llamar de los comunistas porque todos van con carrillo y con dolores. Para hablar de lo divino en este verano, se colocó el cartel de no hay billetes en el santuario, donde hubo lleno a diario, con gente de fuera y de aquí. Las fiestas de los barrios también nos unieron, y estuvieron simplemente bien y con mucho mérito para el poco dinero que tienen. Nos unió el casco antiguo, con sus turistas, y los que están en centros asistenciales, porque hay que acordarse de ese turismo que tiene que dormir bajo el manto de las estrellas. Nos unió el contacto con los bomberos, la policía, los hospitales, la residencia y el tanatorio, donde fuimos a decir adiós a algún ser querido que descansa en el verano eterno.

Yo estuve muy unido a los mayores de las Hermanitas de los Pobres para quienes actué el 15 de agosto, a los vecinos de Sierra de Fuentes y de Arroyo como pregonero de sus fiestas y a los niños saharauis en el Casar de Cáceres. Estuve de guardia en nombre del club rotario, por si a algún centro le hacía falta la tan famosa patata.

Nos unió Leoncia, como punto de referencia para quedar, y los okupas que ocupan los bancos y a los que todos los días yo les contaba el último. Nos unieron los miles de oyentes del programa de un servidor en la COPE el tinto de verano. Nos unieron las terrazas de verano. Nos unieron los chicos de las pizzas, que van muy depizza y algún día van a atropellar a alguien, y un par de tardes nos unieron los paraguas.

Quien desune es el euro, porque el verano fue sencillo. Sin embargo, el euro está crecido, pero que muy crecido. Hasta otro verano, Franquete.