Si la alcaldesa siente vergüenza por lo que está sucediendo con la concesión del agua, ¿qué sentirán los vecinos? Esta concesión supone un negocio de muchos millones de euros y por lo tanto era imprescindible que todo el proceso estuviera claro a no ser que se quisiera dejar una margen para interpretaciones a gusto del consumidor. Parece que ni eso se ha logrado, pues las discrepancias comienzan por la interpretación de las bases del concurso que incluso han conducido a la necesidad de hacer dos valoraciones de las ofertas técnicas, de manera que la primera responsabilidad sería de quienes elaboraron las bases y de quienes las aprobaron.

Por si no fuera suficiente, en un principio nadie repara en la inclusión de los costes de los servicios, de manera que o no estaba claro en las bases o son tan torpes que nadie supo interpretarlas. Claro que también pudiera suceder que son muy listos . ¿Qué motivos puede tener un grupo político para que su voto cambie de un día para otro? ¿Cómo se explica la conducta de algunos técnicos y funcionarios? En cualquier caso el esperpento es mayúsculo y a nadie extrañará que la ciudadanía haya entrado en el camino de las suspicacias y sospeche de los intereses privados de algunos. Claro que lo peor es que unos cuantos de los responsables de este triste episodio repetirán como concejales, o más, y otros seguirán ejerciendo de técnicos o funcionarios. Y mientras tanto los ciudadanos pagando la prórroga de la concesión.