La cantautora extremeña Estela de María ha regresado a su ciudad natal, Cáceres, para presentar en el Museo Pedrilla su nuevo trabajo, ‘Vestida de abril’, un álbum que recoge nueve canciones de autoría propia con las que la artista ha conseguido «marcar un antes y un después en su trayectoria profesional y personal», según ella cuenta.

La presentación que tuvo lugar a las 20.30 e incluyó la interpretación de tres canciones, la firma de discos, y la presentación de su videoclip ‘Entre el cielo y la tierra’, contó con la presencia de Epi Figueroa, el guitarrista que acompaña con su música a Estela en sus canciones y que la ayuda, según dijo, «a ofrecer una parte musical intimista y acogedora, que yo quería que formara parte de cada pieza del disco».

Rubén Rubio, el encargado de producción, también estuvo presente en todo momento durante el concierto y sobre todo, en los múltiples agradecimientos de Estela de María, quien dijo de él que era un maravilloso profesional sin el cual no podría haber sacado el trabajo adelante.

Este disco ha sido fruto de un intenso proceso de creación de cinco años, en los que la autora ha tratado de rodearse de su gente, de los suyos de toda la vida, a los que no solo ha necesitado a su lado sino que les ha dedicado el resultado final: un conjunto de canciones sobre historias de amigos y conocidos que en algún momento de su vida llegaron a inspirarle un sentimiento tremendamente fuerte a través de sus situaciones personales. Algunos de ellos son ‘Reina de Triana’, dedicado a Marifé de Triana, quien falleció hace tres años, ‘El 13 de San Antón’, dedicado a Juanma Zamorano, que lleva el nombre de su restaurante, o un homenaje a Juan Valderrama que le pidió expresamente su nieta.

Estela ha sacado a relucir como elemento especial una nana final que se dedica a sí misma como mensaje de lo importante que es quererse y dedicarse tiempo, y el videoclip ‘Entre la tierra y el cielo’, un homenaje a Cáceres de la que ella dice «que es una ciudad a la que hay que impulsar para que tenga el reconocimiento que se merece».