En Cánovas se palpa incertidumbre y preocupación. Es mediodía y los vecinos del edificio Coliseum esperan impacientes noticias del incendio que afecta a una vivienda de la décima planta. El tráfico está colapsado y los viandantes se aglomeran en la entrada del céntrico bloque, uno de los de mayor altura de la capital cacereña, aguardando conocer las consecuencias del fuego.

Mientras tanto, la joven que dio aviso al centro de emergencias, muy nerviosa, recuerda que vio "mucho humo en la décima" y que "los dueños no estaban en casa". Está llorando. A las 13.15 horas, el incendio está ya controlado y un bombero confirma que, "en principio, no hay heridos". Al parecer, ha sido provocado por una pequeña explosión en la cocina pero aún desconocen las causas. La principal hipótesis que se baraja luego es que sea a causa de un cortocircuito.

Hasta el lugar del suceso se ha desplazado Manuel Martín, presidente de la comunidad de vecinos. Asegura que no conoce las causas de lo sucedido y que la zona afectada era "la terraza del inmueble, en la que han prendido también tuberías de agua y cuya pérdida ha conseguido frenar la expansión del incendio".

Poco antes de las dos, los vecinos ya pueden acceder a sus viviendas. El dueño de la casa sube el primero a conocer cómo ha quedado su casa. Puede respirar tranquilo porque no hay daños importantes. La pesadilla ha terminado.