La Asociación Acuex tramitó más de 2.000 reclamaciones el año pasado, y aunque no figuran entre las más destacadas, las quejas relacionadas con el turismo son una constante. Por ejemplo, una usuaria contrató un viaje para dos personas combinado a La Habana. El hotel era de cuatro estrellas, pero la habitación no sólo no respondía a la categoría contratada, "sino que sanitariamente dejaba mucho que desear, la puerta de la terraza no encajaba, los cables estaban por los suelos y el baño era indescriptible", explica Rosa González, técnico de Acuex. Por suerte, la mujer tuvo la prudencia de tomar fotografías de todas las anomalías y desperfectos.

La agencia se desentendió del problema alegando que era sólo intermediaria entre el cliente y la mayorista. Acuex inició la tramitación de juicio verbal en el que se pedía una indemnización de 800 euros. Cuando el juzgado trasladó la notificación, la agencia de viajes prefirió llegar a un acuerdo y finalmente satisfizo a la clienta en todas sus pretensiones.

Hasta el final

"La responsabilidad de las agencias no acaba con la venta del billete", afirma González. "Según la ley, los organizadores y detallistas de viajes combinados responderán (...) del cumplimiento de las obligaciones derivadas del contrato".