Mohamed y Raghad son dos de los siete niños palestinos que disfrutan estos días de unas vacaciones en la ciudad. Junto a su monitora y un intérprete exprimen los días para disfrutar lo máximo posible.

"Me encanta España y lo que más me gusta son los pisos altos", estas son las palabras de Raghdad, una niña de solo 10 años. Como ella, las gemelas Rawad y Wian han dejado atrás la pobreza que envuelve su país y han abandonado por unos días sus largas horas de estudios. Para estas hermanas, lo mejor es "disfrutar de la libertad que allí no tenemos".

Rachid es el intérprete que acompaña a los chicos, al igual que Fadia, la monitora que vela por el cuidado de todos los niños. Para Rachid este tipo de iniciativas "es un gesto hacia la paz, viven día a día la guerra y nosotros les facilitamos que pasen unos días de vacaciones como el resto de los niños". "Para mí es un gozo y satisfacción acompañar a estos niños, es un complemento con mi credo y a la vez una forma de hacer justicia", añade ilusionado.

"Me encanta la comida de aquí, quiero volver otra vez", contesta tímidamente Mohamed, de 11 años.

Aunque no hablan el español, esto no supone ningún problema para los niños. "Aunque parezca lo más complicado, entre ellos se entienden perfectamente", comenta Rachid.

Para Fadia, la encargada de cuidar a los niños durante el campamento, es la cuarta vez que los acompaña. Ella es licenciada en Psicología y al estar en paro aprovechó esta situación para ejercer de voluntaria. Además, aprovecha la estancia "para ver otro país y conocer a la gente", comenta, añadiendo que "la vida en general es muy diferente aquí". "Me gusta Cáceres, pero quiero seguir viviendo en mi país, aunque si tengo otra oportunidad volveré".

"Nos alegra que estéis con nosotros, el año pasado ya tuvimos esta experiencia, y agradecemos a todos aquellos que hacen lo posible para que estéis aquí", señaló Marcelina Elviro, concejala de Asuntos Sociales que fue la encargada de darle la bienvenida a los niños en representación de la alcaldesa Carmen Heras. Elvira añadió: "Espero que paséis unos días geniales y que podáis disfrutar en un mundo totalmente diferente del que procedéis y os llevéis un grato recuerdo para el resto del año que os espera".

Para Beatriz Tostado, la portavoz de la plataforma que hace posible que los niños puedan viajar hasta España y salir de la pobreza, es "algo bonito y necesario". Este año han contado con el apoyo de numerosos ciudadanos cacereños que han aportado su granito de arena en esta iniciativa, "los árabes que viven en la ciudad nos han ayudado en el tema del idioma", añade Tostado. "Para mí, dejar plasmada la solidaridad en los niños es algo muy bonito", concluye.

Los siete niños y la monitora que han llegado a la ciudad tienen por delante un calendario lleno de actividades y talleres que ya han comenzado a realizar. Visitarán la ciudad y lo intercalarán con diferentes actividades de ocio y deporte, además de participar en un campamento urbano con niños de la ciudad. Se relacionarán con ellos en el albergue del edificio Valhondo y se darán un baño en la piscina municipal. Todo ello, para llegar a crear un ambiente intercultural.