EDAD 29 AÑOS

NACIDO EN PESCUEZA (CACERES)

ESTUDIOS LICENCIADO EN TEOLOGIA POR LA UNIVERSIDAD DE SALAMANCA Y DIPLOMADO EN EDUCACION SOCIAL POR LA UEX

TRAYECTORIA SACERDOTE EN EL 2000, HA COORDINADO EL TALLER DE INTEGRACION CULTURAL DE CARITAS

Con una nueva etapa por delante, este sacerdote se desliga de la parroquia de San Mateo para tomarse un tiempo de reflexión antes de decidir si continúa en esta comunidad religiosa. Vicente Granado explica las razones que le han llevado a colgar momentáneamente los hábitos tras cinco años comprometido con la atención a los inmigrantes.

--¿Por qué deja la parroquia?

--No me siento identificado con la vida de sacerdote y me tengo que replantear mi vida. Quiero dejar claro que no he dejado el sacerdocio, sólo la parroquia de San Mateo y la vida sacerdotal. Estoy en un proceso de reflexión donde quiero replantearme toda mi vida. Necesito aclarar también mis dudas sobre la vida sacerdotal.

--¿Cómo se siente?

--No ha sido fácil. Mi sensación es esperanzadora y estoy muy ilusionado con mi nueva vida. Sigo manteniendo mi fe y mi compromiso con el Evangelio. Voy a seguir haciéndolo ahora desde la opción de seglar, desde la que puedo entregarme tanto o igual que como sacerdote.

--¿Está decepcionado?

--Muchas expectativas no se han cumplido y muchas cosas que pensaba que podía hacer como sacerdote me he dado cuenta de que no podía hacerlas. Por ejemplo, la libertad para estar con las personas al vivir en comunidad era un choque frontal. Tenía que estar a ciertas horas y era incompatible con el trabajo pastoral y social, de acompañamiento a personas y en tu parroquia.

--Se le puede tachar de indisciplinado...

--No es fácil conjugar la vida comunitaria con el trabajo parroquial. He tenido mucha libertad pero a veces estás coartado.

--¿Qué es lo más le ha costado en su decisión de abandonar?

--Lo he sopesado mucho porque no sabía si me equivocaba. Le ha dado muchas vueltas hasta que he visto que era lo que necesitaba, que para buscar la felicidad tenía que dar este paso.

--¿Han intentado convencerle para que no lo dejara?

--Me han preguntado si lo había pensado bien y si es una decisión razonada y meditada. No es una decisión de la noche a la mañana. Las personas que me han acompañado me han dicho que esté muy seguro.

--¿Se ha sentido solo?

--He tenido apoyos de compañeros de la congregación, sacerdotes y la parroquia.

--¿No siente haber perdido autoridad al no ser sacerdote?

--Se pierde para personas que piensan que por ser cura eres ya perfecto. Estamos maleducados porque hay que ver a las personas como referentes porque sean personas y no porque sean curas o políticos.

--¿Qué temas debe replantearse la Iglesia?

--Soy partidario de que hay que tratar ciertos temas porque la sociedad cambia. Había que sentarse a dialogar sobre sexo, anticonceptivos u otros temas candentes que no se pueden tapar como el matrimonio entre homosexuales. Son cosas que hay que aclarar y no confundir a la gente y que la Iglesia está tratando también.

--¿Cómo ve su futuro?

--Mi vida ha cambiado radicalmente. Empiezo a vivir solo y a trabajar para una institución como educador social.

--¿Se ve casado o en pareja?

--Me veo muy soltero. Quiero dejar claro que mi opción no viene por ningún enamoramiento y que no tengo pareja.

--¿Dejará su labor al frente de la guardería de inmigrantes?

--Es una manera de vivir mi fe y no me voy a desvincular. Seguiré como voluntario, aunque dejo de coordinar el proyecto.

--¿Qué tendría que cambiar para que volviera?

--Aclararme en mi opción sacerdotal. Ahora mismo tengo muchas dudas y, si no lo tengo claro, no seguiré. No voy a pedir ni a exigir nada a la Iglesia.