El joven que hace ya casi 5 años recibió un disparo bar de Coria negó ayer en el juicio que su agresor quisiera matarle y se retractó de prácticamente todo lo que tras el suceso declaró ante la Guardia Civil y el juez. La fiscal, ante sus continuas contracciones, llegó a preguntarle en varias ocasiones si mintió en sus primera declaraciones, a lo que no tuvo ningún reparo en contestar afirmativamente; y también si había sido amenazado u obligado a cambiar su declaración, a lo que respondió que no.

"Yo creo que si me hubiese querido matar me habría matado, pues en la escopeta había más de un cartucho y tras el primer disparo me podría haber rematado", respondió ante una de las preguntas del ministerio fiscal para indicar a continuación: "yo creo que disparó para asustarme y me dio en la pierna sin querer; no creo que tuviera intención de matarme". Manifestó, asimismo, que renunciaba a cualquier indemnización, "pues a través de mi abogado me han pedido perdón y me han dado 15.000 euros y es suficiente".

A los hermanos Agustín y Mariano M. F., que han estado huidos casi cuatro años y hoy están en prisión provisional, se les juzgaba ayer de un delito de intento de homicidio por unos hechos ocurridos el 8 de abril del 2002, cuando sobre las 16.40 horas, recordó la fiscal, dispararon con una escopeta a un joven cuando jugaba al parchís en un bar. Según las primeras versiones llegaron al bar gritando y sin mediar palabra Agustín M. F. efectuó un disparo a la cabeza de su víctima que le impactó en la pierna porque se levantó, pero ayer en el juicio el acusado manifestó que llevaba la escopeta "porque soy cazador y como la tenía en el coche la cogí porque tenía miedo, pero la llevé en todo momento apuntando al suelo y le dí en la pierna accidentalmente, no quería dispararle".

Y además de reconocerse autor del disparo, exculpó a su hermano Mariano, "pues él nunca vino conmigo al bar".

El ministerio fiscal mantiene su acusación para ambos por intento de homicidio y pide 7 años de prisión para cada uno; mientras que el abogado defensor, Marcos García Montes, y el de la acusación particular, Santiago Hurtado, piden la absolución para Mariano y 2 años de prisión, por un delito de lesiones, con las atenuantes de confesión y reparación del daño, para Agustín.