Los dos timos empleados por esta banda son los más conocidos. En ambos, juega un papel esencial la intención de la propia víctima de los timadores de engañar a una persona retrasada para sacar beneficio económico. En el caso de la ´estampita´, el ´tonto´ entra en conversación con la presunta víctima preguntando por una calle o cualquier excusa, hasta que le muestra un montón de billetes de curso legal diciéndole que son ´estampitas´ que va a tirar. Aparece en escena otro cómplice que ofrece comprárselas e invita al anciano a participar en el ´negocio´. El del ´tocomocho´ es similar, aunque en este es un supuesto décimo de lotería premiado el gancho, que termina también comprando la víctima.