"Vieron cómo el camión se desplazó a la izquierda y se fue contra los coches que venían de frente", explica Enrique Mena, hermano de Angel, conductor de uno de los vehículos accidentados, y en el que viabajan otros cuatro ocupantes. Todos resultaron ilesos y trabajan en una empresa con sede en Mérida, encargada de realizar trabajos forestales. Se dirigían, desde la localidad cacereña de Santibáñez el Alto, donde residen, al Canal de Orellana. El infierno comenzó instantes después: "Viajaban detrás del camión. Un coche pasó por delante de ellos dando vueltas y luego otro que también impactó con el camión y que les golpeó de frente", dice.

Afirma que, antes del accidente, su hermano intentó dar luces al camión, al ver que éste se iba hacia un lado. Estaba amaneciendo. Como consecuencia del choque, la calzada quedó cubierta de una intensa humareda y uno de los coches fuera de ella. Al acercase a socorrer a los heridos, éstos seguían con vida, aunque dos de ellos fallecieron poco después.