El juicio contra el abogado carereño Pablo Vioque, Francisco Fernández Tapias, hermano del popular empresario Fernando Fernández Tapias, y otros 15 acusados de haber financiado y transportado 2.000 kilos de cocaína desde Colombia hasta las costas gallegas en 1991, comenzó ayer en la Audiencia Nacional con el testimonio del imputado Manuel Vázquez Vázquez, que no dudó en afirmar que Vioque, para quien solicitan una pena de 20 años, fue el que dirigió y financió la operación, según informa Europa Press.

Vázquez, para quien el fiscal antidroga pide 9 años de prisión, comenzó su testimonio ratificando las cuatro declaraciones que prestó entre 1997 y 1998 en la Audiencia Nacional en las que acusó a Vioque de ser el organizador de la operación. Según dijo, su labor consistió en comprar el barco Dobell y contratar la tripulación para ir en busca de la droga, mientras que el abogado, junto con el acusado Manuel Carballo financiaron la operación, por la que ganaron más de 20 millones de pesetas (más de 120.000 euros).

El acusado reconoció que en las primeras de las muchas reuniones que mantuvieron Vioque, Carballo, Juan Carlos Sotelo y Luis Jueguen se habló de una operación de contrabando de tabaco, aunque "poco a poco se transformó la idea". En dichos encuentros, que se mantuvieron tanto en el despacho profesional de Vioque como en la Cámara de Comercio de Vilagarcía de Arousa, Vioque entregó diversas cantidades de dinero a Carballo para llevar a cabo la operación, que finalmente fue de tráfico de cocaína.

LIAÑO, "EN EL BOTE"

Según Vázquez, supieron que el transporte iba a ser de droga una vez que el barco Dobell estaba en Portimao (Portugal). Finalmente, cuando se intentó descargar la mercancía frente a las costas gallegas, gran parte de la droga se perdió debido al mal tiempo.

Tras el fracaso en esta operación, Vioque les propuso, dos o tres meses después, otro trabajo para recuperar el dinero perdido, pero Vázquez y los que dependían de él se negaron. A preguntas del fiscal, el acusado señaló que se fugó de la Justicia en febrero de 1995 porque Vioque le aseguró que lo iba a arreglar todo. "Decía que conocía a Liaño y que lo tenía en el bote", afirmó.

Tras dos años en los que estuvo en Portugal y en los que se reunió al menos en una ocasión con Pablo Vioque, el acusado decidió, el 24 de marzo de 1997, entregarse de forma voluntaria en la Audiencia Nacional. A preguntas del propio Vioque, que se está representando a sí mismo en el juicio con la ayuda de otro abogado, el acusado reconoció que no se presentó antes por miedo a represalias.