El cierre de la fábrica de cerámicas Waechtersbach ya tiene fecha. Será el próximo viernes, 18 de noviembre, cuando tras 30 años de actividad en Cáceres --la filial cacereña se abrió en 1975-- la tercera industria más importante de la ciudad cesará su actividad, aunque se mantendrá abierta la tienda hasta que se produzca la extinción total de los contratos, que se prevé para antes de mediados de diciembre.

Así se acordó ayer en la audiencia que el propietario de la fábrica, Alejandro Rodríguez Carmona, y los miembros del comité de empresa mantuvieron con el juez titular del Juzgado de lo Mercantil, Federico Alba.

Tras la audiencia celebrada, Alba indicó a EL PERIODICO que tanto el propietario como los miembros del comité de empresa "saben que ésta no es viable, que la empresa no tiene pedidos desde octubre o noviembre del año pasado y que si no hay pedidos no hay actividad, por lo que los trabajadores llevan ya varios meses sin hacer prácticamente nada y por eso se ha pedido el cese de la actividad".

INEVITABLE Alba concretó que en breve dictará el auto resolviendo el cierre, con excepción de la tienda, que quedará abierta para liquidar las existencias, y la suspensión de los contratos, a excepción de los cuatro o cinco trabajadores que quedarán para la atención de la tienda.

Esto está previsto que se produzca, como se ha indicado, con fecha 18 de noviembre, y posteriormente, cuando terminen ya todas las consultas, con el juez, los administradores y demás implicados, el cierre total será con la extinción de los contratos de trabajo, de todos. "Los trabajadores quieren que esto se haga cuanto antes, a ser posible a principios de diciembre para poder cobrar el paro, y se va a intentar. Yo creo que va a ser posible", señaló el juez.

Hasta entonces los trabajadores quedan en una situación de cese temporal, no tendrán que ir a trabajar, pero seguirán cobrando, "estimándose que con lo que se recaude en la tienda habrá, pues ahora se están vendiendo aproximadamente 2.000 euros diarios", y si se les necesita y se les llama tendrán que ir.

Para los trabajadores "es duro", pero según indicó a este diario el presidente del comité de empresa, Francisco Morcillo, "ante la realidad la asamblea de trabajadores acordó pedir al juez el cese de la actividad y así lo hemos hecho. No es que quisiéramos el cierre, pero para estar allí sin hacer nada y sin saber si cobraríamos, preferimos estar en casa y esperar los acontecimientos de las negociaciones pendientes y plantearnos el futuro".

Tampoco para Rodríguez Carmona es fácil. "Obviamente no me esperaba esto hace tres años, pues no nos hubiésemos jugado el dinero que nos hemos jugado, y nadie puede dudar que hasta el último momento hemos hecho todo lo posible por salvar la empresa, y por eso la decepción es muy grande".