La situación de Waechtersbach sigue girando con nuevas vueltas de tuerca, pero el futuro parece despejarse poco a poco en beneficio de los 87 trabajadores que continúan en la planta tras los 44 despidos de septiembre. Según se acordó ayer en el juzgado durante una reunión entre el magistrado, el comisario de la quiebra y el síndico, la planta de cerámicas deberá pasar a manos privadas antes del 30 de abril. Esta fábrica, implantada en Las Capellanías en los años 70, permanece bajo tutela judicial desde la suspensión de pagos presentada el 25 de enero del 2002, seguida de un expediente de quiebra el 17 de julio.

Los peores momentos se vivieron en agosto, cuando la planta languidecía con una deuda de 4,7 millones de euros (782 millones de pesetas), sin futuro y sin ninguna opción por parte de su antigua propietaria, la sociedad alemana Waechtersbacher Keramic. En septiembre llegó la esperanza de manos de un empresario madrileño, Alejandro Rodríguez Carmona, que se hizo con las riendas. Este emprendedor, aún bajo tutela judicial, deberá quedarse definitivamente con la titularidad de la planta antes de mayo, según se decidió ayer. Para ello tendrá que demostrar su viabilidad y negociar el pago de la deuda con los 70 acreedores.

EL PROCESO LLEVA RETRASO

Carmona representa la última esperanza de Waechtersbach. Los trámites deberían estar más avanzados, pero los alemanes demoraron la presentación de las propuestas de convenio con los acreedores hasta el pasado día 10, fecha en la que Carmona también entregó el plan de viabilidad de la fábrica hasta el 2007, que no contempla ningún despido.

El empresario deberá firmar antes de abril un convenio concursal con los acreedores ordinarios y otro extraconcursal con la Seguridad Social (su deuda asciende a 1,2 millones de euros), con IDAE (474.000 euros), Hacienda (312.000) y la plantilla (228.000). Las negociaciones van muy adelantadas, según ha podido conocer el PERIODICO. Posteriormente, Carmona tendrá que realizar una ampliación de capital de 900.000 euros (150 millones de pesetas) para indemnizar los despidos. La fábrica pasaría después a su propiedad.

"PODREMOS SALIR ADELANTE"

El nuevo gerente, Manfred Caesar, se mostró ayer optimista sobre el futuro de la fábrica. "Creo que lo conseguiremos", dijo. La producción ya alcanza las 10.200 piezas diarias, "aunque debemos lograr un 10-15% más", precisó. La empresa dedicará sus próximos años a consolidarse y abrir mercado. "Vendíamos el 60% a Alemania. Ahora buscaremos nuevos clientes en Italia, Francia y Portugal".