Viéndole con su chandal del colegio y con la mochila, que casi abulta tanto como él, pocos pueden pensar que es el mismo niño que el pasado día 15, en el festival taurino de Aliseda, se enfrentaba y mataba a un becerro con tanto desparpajo que parecía que para él era algo muy normal. Jairo Miguel, hijo del exmatador y empresario taurino Antonio Sánchez Cáceres, tiene un objetivo muy claro en la vida: ser torero.

¿No es demasiado pequeño para enfrentarse a unos becerros tan grandes?

--Si lo que uno quiere es ser torero, te tienes que poner delante de lo que te toque.

¿Le cuesta entrar a matar?

--Un poquillo, hay que perfeccionar algunas cosas, tener más fuerza y comer más.

Al empezar tan pronto, ¿se acabará cansando de los toros?

--No, porque si una cosa te gusta, nunca te aburres de ella.

¿Quién es su ídolo en el mundo de los toros?

--Mi padre.

¿Tiene miedo cuando se pone delante del becerro?

--Algo te entra, pero cuando ves que está entregado, se te va quitando.

¿Le gustaría ser futbolista en vez de torero?

--No, porque yo llevo en la sangre ser torero, me gusta.