Os cuento, y no es un chiste, qué hacen un español y un Israelí hablando en ruso en un pub de un pueblecito de costa portugués, y no están de vacaciones, que conste.

Pues ésta es una de las situaciones que he podido vivir este fin de semana durante la disputa de la Copa de Europa de Clubes de atletismo, el equivalente a la ´Champions´ de fútbol, en la localidad fronteriza de Vila Real de Santo Antonio. Y es que el deporte, en este caso el mío, el atletismo, da para mucho más allá del aspecto meramente deportivo de la competición como para conocer gente de otros países, culturas y mentalidades. Este in de semana, entre otros, estábamos españoles, rusos, griegos, turcos, israelíes, alemanes, daneses, italianos, franceses, suizos y un largo etcétera además de fichajes como kenianos o cubanos.

En la pista los ánimos iban para el Sporting de Portugal, pero también se aplaudía, y mucho, los méritos del resto de participantes como el lanzador de martillo eslovaco Libor Charfreitag que consiguió, con un lanzamiento de 80 metros y 45 centímetros, la mejor marca que se ha lanzado nunca en Portugal. En el otro extremo, gran ovación se llevaron dos chicas en la prueba de los 5.000m pertenecientes al grupo B que, sin ser fondistas, se tuvieron que calzar las zapatillas y dar las doce vueltas y media a la pista para conseguir puntuar para sus equipos. 25 minutos tardaron en acabar la prueba pero lo hicieron con gran alegría para ambas que se abrazaron en meta y que podrían ser madre e hija ya que una era nacida en 1971 y la otra en 1989 si no fuera porque una era alemana y otra de Israel.

Nosotros mantuvimos el tipo: sextos por equipos. En dos semanas, el 7 de junio en Castellón, debemos ganar para ir a la Copa de Europa.