Hace unos años sonaba algo raro: un profesor alemán organizaba en Cáceres unos novedosos festivales en los que se hacían demostraciones de deportes y juegos populares que cada vez atraían a más curiosos. Ahora, gracias a un convenio con la diputación, se ha convertido en un momento muy repetido en distintas localidades de la provincia, donde se acude en masa para jugar y divertirse imbuyéndose en actividades que se crearon en culturas lejanas y también españolas que se intentan recuperar ahora.

El alemán es ya alguien muy conocido en el deporte regional. Dirk Nasser, profesor especialista en Deporte y Recreación en la Facultad de Ciencias del Deporte de la Universidad de Extremadura, tuvo en 1996 la osada idea de trasladar el cricket británico, el boomerang australiano, el sumo japonés, el tamburello italiano, el lacrosse canadiense, el balonkorf holandés o el tschoukball suizo, entre muchos otros, a las calles extremeñas.

En las demostraciones, en la que necesita que el público se partícipe del acontecimiento, también se le ha dado protagonismo a juegos y deportes populares como la pelota mano canaria, el garrote aragonés, la gurria, el bolo leonés, el aor guiado, la llave asturiana, el volantín o la rana. Todo esto ha terminado calando hondo y no hay convocatoria suya que no goce de expectación.

TRASPASANDO FRONTERAS En total son 73 las posibilidades ludico-deportivas que se han establecido en todos los festivales que ha organizado la AccETTD (Asociación cultural y científica de Estudios de Turismo, Tiempo Libre y Deporte), la agrupación sin ánimo de lucro a través de la cual Nasser ha impulsado su iniciativa.

Tanto eco ha tenido que los juegos españoles serán exhibidos en la IV Busan Tafisa World Sport for All Games, algo parecido a un ´Mundial´ de este tipo de actividades que tendrá lugar el próximo mes de octubre en Corea del Sur y que es impulsado desde instancias internacionales como la Unesco.

Los objetivos, según manifiesta Nasser, pasan por "ofrecer una convocatoria abierta y apta para la participación de todo el mundo a traves de diferentes culturas tradicionales de movimiento de diferentes países, fomentar una cultura deportiva popular y mejorar la accesibilidad al deporte en general".

HACE 12 AÑOS Llegó a España en 1992 y cuatro años después montó en el paseo de Cánovas cacereño el primer festival ante la mirada de los curiosos, que fueron invitados a participar activamente. Desde entonces han llegado más de 50 encuentros en localidades de toda la provincia, muchos de ellos seguidos por centenares de personas. Los últimos de ellos han sido en las plazas de La Cumbre, Holguera y Aldeacentenera con una enorme variedad de un público que es al mismo tiempo participante.

"Sinceramente, escuchar las risas de los niños y de los abuelos es muy gratificante", destaca el profesor de la Uex, que se confiesa "obsesionado" por "sacar el deporte a la calle, como cuando pasaba cuando éramos niños y jugábamos al fútbol casi en la carretera, entre los coches. En el sur de Europa gracias al clima tenemos más facilidad para ello. Está claro que es importante tener instalaciones, pero también lo es no perder esas otras esencias que todos conocemos".

La cuestión, según su teoría, "no es tanto realizar una actividad física como hacerlo como excusa para la relación con los demás". En su opinión, el "deporte popular" debería obtener también su cuota de protagonismo, abriendo una tercera vía que acompañase a la clásica diferenciación entre el deporte de élite y el de base.