Si le preguntamos a un entrenador, monitor o directivo de un equipo deportivo, probablemente nos dirá que su deporte es el mejor para el desarrollo de nuestros hijos o hijas, que con la práctica de su deporte los jóvenes se formarán integralmente desde el deporte. Tienen parte de razón, pero como profesional de la actividad física y el deporte creo que esa realidad, ´vendida´ desde un deporte en particular, es más o menos sesgada o incompleta.

Es como si atendiéramos a los anuncios de la televisión y pensáramos que nuestra hija o hijo se pueden alimentar únicamente de verduras, o de productos lácteos, o de pescado, etcétera.

Los profesionales de la actividad física y el deporte deberían conocer los puntos fuertes de cada deporte y qué aspectos potencia en el desarrollo de los niños y niñas. No es lo mismo en cada etapa de la vida y no serán los mismos deportes, con bastante seguridad, los que nos gusten y practiquemos a los 7, que a los 16, a los 25 o a los 40 años. También hay que tener en cuenta que, desde el deporte federado, siempre existe una latente búsqueda del talento que a veces lleva a los técnicos a intentar especializar ese talento antes de lo necesario. Existen multitud de casos de deportistas talentosos que no se han especializado hasta bien avanzada la juventud, aunque eso no quiere decir que no hicieran deporte con anterioridad, muy al contrario, practicaban varios y a un nivel aceptable hasta que decidieron concentrarse en uno de ellos en busca de la excelencia deportiva.

¿Dónde quiero llegar con mi reflexión? Pues que como padres, formadores o técnicos debemos utilizar el deporte, o más bien, los distintos deportes, como medio para el desarrollo más completo de nuestros jóvenes y mayores.