Hace unos días llegaba el equipo del inglés David Beckam, Los Angeles Galaxy, a jugar un amistoso a Nueva Zelanda. Eran recibidos con todo tipo de agasajos y danzas tribales. La imagen, absolutamente intrascendente e irrelevante, era repetida incesantemente por las televisiones de todo el mundo. Detrás del brillo de los iconos deportivos, muy detrás, en la trastienda de una dimensión más mundana, existen multitud de jóvenes y no tan jóvenes que cada fin de semana se calzan las botas para pasar aproximadamente una hora y media practicando su deporte favorito: el fútbol.

En cualquier ciudad del mundo, en el barrio más perdido, en el pueblo más aislado, la liturgia se repite el domingo. En unos casos se trata de chicos que sueñan con el oropel de éxito que se desprende de las figuras televisivas como Beckam, Messi, Torres, Casillas... En otros, simplemente son un grupo de amigos que se reúne cada semana para pasar el rato.

Al margen de las motivaciones de unos y otros, la lógica de la competición pone a cada uno en su sitio. Se habla mucho, en algunos casos demasiado, de los triunfadores. En este caso, van a cobrar protagonismo los perdedores, los que se encuentran sumergidos en lo más bajo de la tabla. Los que son sistemáticamente goleados y a pesar de ello se resisten a ser devorados por la dinámica de una sociedad basada casi exclusivamente en el triunfo inmediato y en una imagen excesivamente aséptica para poder ser consumida por todos los públicos.

Pequeños héroes del fútbol femenino

Los fríos números revelan a veces casos curiosos. Sobrevivir al triunfo es más fácil que hacerlo al ´fracaso´. Ellos son los pequeños héroes que toda competición necesita o genera. Para que exista el ´ying´ ha de confrontarse con el ´yang´. Pues bien, ellos son la base de una pirámide cuyo vértice alcanzan muy pocos. Son los chicos del montón que no parecen del montón.

En este sentido y dentro de nuestra región, el equipo con ´más moral que el Alcoyano´, que decía el dicho popular, es La Cruz Villanovense, equipo que milita en el grupo V de la Primera Nacional Femenina. Ellas baten todos los registros estadísticos en cuanto al fútbol extremeño se refiere.

Han disputado nueve partidos y los han perdido todos. En el penúltimo sucumbieron ante el equipo que le precede en la tabla, la Peña Rociera, por 4-1; en el último, 0-1 ante el Femenino Cáceres (ya encajan muchos menos). En nueve jornadas suman 2 goles a favor y ¡47 en contra!

Eso significa que las de Villanueva marcan un gol cada cuatro partidos, mientras que en cada choque encajan una media de 5,5 goles. Cada gol que marcan las extremeñas llega tras haber encajado 22 de media. Estas sorprendentes cifras más que hilaridad despiertan un profundo respeto. Ahí siguen pese a las adversidades y sus limitaciones. Inasequibles al desaliento.

Ya a nivel regional, el Extremadura --que milita en el grupo I de Primera Regional-- es otro de los damnificados por la competición. Sumó cinco derrotas en otros tantos partidos, marcó 3 goles y encajó 31. Eso representa una media de 0,6 tantos marcados por partido y 6,2 encajados. Por cada gol anotado, por tanto, recibieron casi 12.

Y utilizamos el pasado porque el equipo ya se ha retirado de la competición. Se creó este verano y su recorrido no ha podido ir más allá de cinco partidos.

Antonio Cruz, uno de los directivos lo explica: "Entrenábamos en un parque público, íbamos como los nómadas de un campo para otro, dónde nos dejaban jugar. No teníamos asignado un campo". Cruz asegura que la categoría es "muy cara" y apunta como culpable a la Federación Extremeña de Fútbol, "que más que como defensora del fútbol sala actúa como una oficina recaudatoria".

Lo curioso es que el equipo pacense hizo una gran pretemporada, no perdiendo ninguno de los amistosos que disputaron en el verano, y se le daba como favorito en su grupo de Primera Regional. Los problemas empezaron a surgir por la falta de campo donde jugar. "Badajoz tiene las instalaciones abandonadas. Los que tienen la concesión de un campo no lo explotan e impiden que otros juguemos. Los chicos se desencantaron".

En la Liga de Veteranos de Cáceres, destaca también el conjunto del Complejo Tuareg, equipo que ha jugado nueve partidos y solo ha ganado uno en los despachos: "íbamos perdiendo en el descanso, pero acabamos ganando por alineación indebida del contrario", dice el delantero centro del equipo cacereño.