Está aprendiendo a leer y escribir, pero en su clase es el más famoso. Al menos eso es lo que le dicen a Jorge Ramos sus compañeros del primer curso de Primaria. El motivo de esa admiración es que este cacereño de solo seis años es un crack encima de la moto. Acaba de proclamarse vencedor del Trofeo Comunidad de Madrid de motocross en la categoría de automáticas (50cc) y en el pasado mes de agosto acabó décimo en el mundial de la misma modalidad disputado en Bélgica.

"Y eso a pesar de que siempre es el más pequeño en todas las carreras en las que participa", explica su padre, del mismo nombre, que además es su mentor, su entrenador, su mecánico y todo lo que haga falta. "En las carreras yo corro más que él --exagera-- para animarle en cada curva".

Jorge Ramos, hijo, lleva media vida subido en una moto. A los dos años aprendió a montar en bicicleta sin ruedines y con tres montó por primera vez en una moto. "Vimos que le gustaba y que además se le daba bien", recuerda el padre. De ahí se pasó un día al circuito de Las Arenas y se vio que "lo del niño por las motos era, y es, una pasión". Y la madre, Montaña Casasola, asiente. "A mí también me gusta, me tiene que gustar, porque si no mi hijo no estaría haciendo esto", dice, aunque reconoce que al principio le divertía más que ahora, que también lo pasa mal. De hecho, no ha visto ninguna carrera de Jorge (solo lo ha visto entrenando), le espera en la caravana y a través del teléfono se entera de sus resultados.

Primer año compitiendo

Hasta este año no ha comenzado a competir, pues seis años es la edad mínima para poder disputar una carrera. Corre con una moto automática de 50 centímetros cúbicos que pesa mucho más que él --"cuando alguna vez se cae apenas puede levantarla", indica el padre-- y también ha probado con una de marchas de 65cc. "Y se le da muy bien", dice orgulloso su progenitor, aunque Jorge explica, con la naturalidad de un niño, que con esa moto corre menos porque no apura bien las marchas.

Entre sus recuerdos más dulces atesora los consejos de Julián Simón, campeón del mundo de 125cc, con quién intercambió impresiones recientemente; pero sobre todo un tercer puesto conseguido en Las Arenas, "su casa", dice su padre después de que Jorge se lo chive al oido para que no lo olvide. "Allí compartió carrera con niños que casi le doblan la edad", rememora con orgullo.

Entre los ídolos de Jorge están dos pilotos extremeños, David García y Santi Barragán, y Jorge Lorenzo. El más cercano es el primero, con quien comparte pista en Las Arenas e intercambia impresiones. "David dice que yo soy ídolo, que el único póster que tiene en su habitación es el mío", recalca.

El padre y la madre de Jorge reconocen que todo esto les cuesta "mucho esfuerzo", tanto económico --cada moto vale entre 3.000 y 4.000 euros-- como de tiempo. El niño entrena en Las Arenas todos los miércoles y no hay fin de semana que no tenga competición, bien sea en Madrid o aquí en Extremadura.

Por suerte para ellos, cuentan con una amplia lista de colaboradores --Olimpo Tapería, Latinos, Pulsaciones.net, El Montaito, e-consult, Telepizza Plaza Mayor, Cáceres 2016, Bazar Nuevo Pekín, Recambios y frenos del Oeste y Caracaracol--, "aunque todo es poco en este deporte tan caro".