Cuando los representantes extremeños (Extremadura Arroyo en femenino y Almendralejo en masculino) están dándonos grandes alegrías en la Liga FEV de voleibol, la joven moralejana Alba Sánchez disfruta de sus primeros momentos en canchas en la máxima categoría nacional: la Superliga.

Alba María Sánchez García nació en Moraleja en 1990. Tras completar su formación durante tres años dentro de la concentración permanente en Soria y haber sido internacional cadete, juvenil y junior con la selección española participando en torneos internacionales y Campeonatos de Europa, este verano fichó por el Universidad de Burgos de Superliga femenina con el objetivo de completar su formación deportiva al más alto nivel y convertirse en una profesional de este deporte. Para ello desechó las ofertas del Benidorm de Superliga 2 y del propio Extremadura Arroyo.

La oportunidad

Tras una pretemporada en la que entrenó con mucha fe y tuvo muchos minutos en cancha debido a las ausencias de compañeras en el Campeonato de Europa absoluto, el inicio de la competición oficial la relegó a la suplencia esperada.

Pero en la sexta jornada de liga, en Tenerife y frente al líder Jamper Aguerre, tuvo la oportunidad de debutar en la máxima liga española, subiendo un paso más en su carrera deportiva. Y eso que el partido no era fácil, prueba de ello fue el 3-2 final a favor de las tinerfeñas.

Su entrenador, José Miguel Pérez, que durante el verano viajó hasta Moraleja para hacerse con los servicios de Alba, alaba su capacidad de trabajo y aprendizaje, y la grata sorpresa que está causando su adaptación al grupo y progresión.

Y mientras, desde Moraleja no deja de recibir el apoyo familiar que le acercan sus padres, Pedro y Milagros, que están dispuestos cada semana a realizar muchos kilómetros para ver a Alba. Seguro que ella pensó en ellos cuando debutó en Tenerife y les dedicó en silencio esos puntos en cancha.

Desde los 15 años fuera de casa para intentar labrarse un futuro dentro de la elite del deporte español es una esforzada manera de formarse y una dura prueba para los padres, de ahí que ellos se muestren orgullosos de lo conseguido por su hija.

El siguiente objetivo será aprovechar las ocasiones de juego que por lesiones o faltas de compañeras experimentadas se puedan propiciar durante esta temporada y seguir formándose en este difícil mundo de la alta competición. Y en el pensamiento, siempre volver a Extremadura y poder ayudar a algún equipo de la comunidad.