Entre Olivenza y Oviedo distan 669 kilómetros. Exactamente eso es lo que separa la final de la Supercopa de Extremadura de la fase de ascenso a Primera División, y ese mismo trayecto ha empezado a cubrir el Fundación Pinilla Cáceres en ocho días.

El principio no ha podido ser mejor, al proclamarse campeón de la Supercopa el pasado domingo, pero el final feliz se antoja más complicado. Al cuadro que entrena Miguel Angel Mediano le esperan el próximo fin de semana el Universidad de Oviedo (Asturias), Delasalle (Cantabria) y el Balonmano Calvo Xiria (Galicia). Quedar primero de grupo significaría pisar el año que viene las canchas de la Primera del balonmano español.

El mejor entrenamiento lo ha tenido este fin de semana en Olivenza. El flamante campeón de Liga acudía a la Supercopa como rival a batir y dio un golpe de autoridad. En semifinales se deshizo sin problemas del Pines y en la final se encontró con un Grupo Colazo muy castigado físicamente. El resultado final (24-29) reflejó la superioridad.

En todo momento mandó en el partido gracias a su ya clásico 6-0 línea defensiva y al acierto de Juanan y Manolo Barragán. A ellos se unió la estelar participación de Rivera en la portería. Una vez más, y ya van muchas, todas las piezas funcionaron.