El rugby regional vive ahora un momento aparentemente contradictorio: por una parte, ve cómo aumentan los lugares donde se practica, con unas 300 licencias; por otro, en uno de sus tradicionales núcleos, Badajoz, se juega íntegramente bajo la legislación portuguesa, sin relación alguna con las federaciones extremeña y española.

La paradoja tiene su miga. Puede parecer un deporte difícil de popularizar por distintos motivos: su fama de rudo y peligroso, la complicación que supone adecuar campos de fútbol para su práctica y que además se necesiten al menos 15 jugadores por equipo para jugar un partido en la modalidad clásica. Todo ello lo rebaten abiertamente sus partidarios: se sabe que lo juegan caballeros, que basta con instalar unos palos reglamentarios en cualquier terreno de juego con las medidas adecuadas y que existen otras versiones, como el rugby a 7 o el rugby cinta, que facilitan su práctica.

El gran epicentro del rugby extremeño es en los últimos años Cáceres, donde está radicado el club CAR. Andan de enhorabuena porque el pasado domingo aseguraron el pase a la fase de ascenso a la División de Honor B. El hecho de que se haya conseguido siendo cuarto en su grupo de ocho equipos de Primera División, aprovechando las renuncias por ser filiales de Hercesa y Cajasol Olavide, no le quita el valor que tiene. Es un equipo en plena transición entre los veteranos que empezaron a practicar el rugby en los 80 y una nueva generación de jóvenes jugadores que muestran cualidades.

"Estamos contentos. Para nosotros es todo un éxito y ahora vamos a ver qué pasa en las eliminatorias por subir. Nosotros no renunciamos a nada, aunque estar aquí ya es todo un premio", dice su entrenador, Juan Rosado, que reconoce la "irregularidad" que ha sufrido su equipo a lo largo de la liga regular debido precisamente al protagonismo que van adquiriendo los nuevos valores.

HABLANDO PORTUGUES El CAR tiene resuelto el problema del campo, ya que desde hace casi dos décadas ha hecho su casa del Complejo Deportivo de la Diputación de Cáceres El Cuartillo .

La falta de un terreno de juego es lo que más pesó para que hace dos años el Club de Rugby Universitario Badajoz tomase una decisión histórica e indudablemente llamativa: colaboraría con el club Juromenha, y pasaría a disputar la competición portuguesa, mezclando jugadores pacenses y lusos en sus alineaciones. Es lo que se ha denominado Asociación Interfronteriza Rugby Guadiana.

El Universitario descendió de Primera en lo que consideró una cacicada y se desligó por completo de las planificaciones de las federaciones nacional y regional. "En Portugal estamos contentos. Apenas a unos kilómetros, tenemos muy buena disponibilidad con los campos, tanto para el primer equipo como para la base. Allí se está trabajando mejor con los chicos jóvenes y de momento preferimos estar allí, aunque está claro que nos gustaría volver a jugar en España", dice Paco Maján, secretario general del club y sin duda uno de los históricos del rugby pacense.

Según cuenta, el Universitario empezó a tener problemas para jugar en el campo de la Uex y gestiona una solución en Badajoz que no acaba de llegar.

Sin embargo, el pasado fin de semana sí pudo organizar el II Torneo Ciudad de Badajoz de veteranos en uno de los campos de La Granadilla con presencia de andaluces y portugueses.

EXPANSION La situación incomoda a la Federación Extremadura, cuyo presidente, José Luis Pérez Vega, asegura que "cada quince días" llama a los responsables del club pacense para que reconsideren su postura y vuelvan al redil español. "A nosotros nos fastidia bastante esta situación y no acabamos de explicarnos bien por qué tomaron esa decisión. Les hemos insistido mil veces y nada", explica.

El rugby en Extremadura no es solo el CAR, equipo en el que juega Pérez Vega. "En Villanueva de la Serena hay un pequeño equipo que va abriéndose camino. En Zafra llevan trabajando bien Los Dragones los últimos años. Mérida ha sido el último sitio donde se ha fundado un club. La liga regional va creciendo. Por eso nos entristece bastante la situación que se da en Badajoz", agrega el presidente, esperanzado también con la difusión del rugby cinta, la modalidad para escolares en la que el contacto físico se minimiza.