Recordó a los de antaño, cuando los cacereños disfrutaban de su Carnaval y no optaban por ‘descubrir’ los del vecino. El desfile de murgas y comparsas inundó ayer de música y color las calles de la ciudad en un recorrido un poco más largo que el de años anteriores, a petición de las propias agrupaciones a las que se les hacía algo corto.

Este año, a pesar de contar con cinco formaciones menos que la pasada edición, las 20 agrupaciones superaron en número de participantes a las 25 del 2016. El año pasado los carnavaleros se quedaron en 1.100 pero parece que Cáceres tira ‘parriba’ ya que casi 1.300 personas salieron ayer a la calle disfrazadas de cigüeñas, húngaros, leones, pavos reales, piratas, espantapájaros o incluso de gusanos. La imaginación de algunos no tiene límites.

Las murgas partieron a las 20.00 horas desde el pabellón polideportivo Moctezuma para enfilar la avenida de la Hispanidad. Luego, tras pasar por Isabel de Moctezuma, Sánchez Manzano y Antonio Hurtado llegaron al paseo de Cánovas para encarar el tramo final. Así, después de pasar por San Antón, San Pedro y Gran Vía, las comparsas ponían pie en una plaza Mayor tan abarrotada como animada. Como novedad, se desarrolló un taller de maquillaje, cómo no carnavalesco, a cargo del salón técnico de estética Laura Vivas.

Solo por el esfuerzo en su participación, merece la pena mencionarlas a todas. Así, desfilaron, en el siguiente orden, El jaleo, Grupo Las Trescientas, La banda del colorete, Con mucho arte, Asociación Ponte Flamenca, Divinas Lolitas, Los sin prisa, Los Tantarantán, Movimiento Junior, Que nos quiten lo bailao, Uno para todos... Todos para el Carnaval, La cajita saltarina, AMPA Colegio El Vivero, Espantapájaros, AMPA Colegio Moctezuma, AMPA Colegio María Auxiliadora, Takicardia, Entrena2 Brasileños, CC Rueda y Saturia Vaca Laso. Durante el desfile se realizaron dos paradas de cuatro minutos. Una primera tuvo lugar a la altura de la tienda Sánchez Cortés, en la avenida Antonio Hurtado, y la segunda junto a la Fuente Luminosa.

El mal tiempo, la lluvia y el frío, parece que se terminó de marchar con la quema del Pelele la mañana del viernes. La buena climatología dio el empujón necesario a los más dudosos que no terminaban de animarse y la ciudad vibró con esta clásica festividad que se celebra en casi toda la geografía nacional y tiene lugar antes de la cuaresma cristiana. A su llegada a la plaza Mayor, las comparsas asistieron a la entrega de premios del concurso de disfraces. Así, el primer puesto fue para La cajita saltarina que se llevó 300 euros, en segundo lugar quedó Que nos quiten lo bailao; terceros los miembros de El jaleo, en cuarto lugar la formación Entrena2 Brasileños; y por último Divinas Lolitas fueron quintas.

La noche del viernes, una vez dio el pregón el mago cacereño Jorge Luengo, ya evidenció que el Carnaval este año iba a tener su público. Después del fiasco de la pasada edición cuando a eso de las 3.00 horas se acabó la fiesta en la carpa municipal, el ayuntamiento y la Junta de Extremadura hicieron los ‘deberes’ este año y el horario se amplió finalmente hasta las 5.00 horas. Cosa que aprovecharon, sobre todo, los jóvenes. «Venimos de Cuenca. Estuvimos ayer --por el viernes-- y muy bien», comentó ayer Antonio, que ha venido con otros ocho amigos. «Esta es una ciudad estupenda, Patrimonio de la Humanidad. Siempre elegimos cultura y ocio para nuestros viajes», añadió.

Ayer hubo más fiesta. Tras la entrega de premios del concurso de disfraces del desfile de murgas y comparsas, llegó el turno de la música en la plaza Mayor. Primeramente, a las 23.30 horas, subió al escenario Hijos del Levante, un tributo a El Barrio que recordó al ‘mismísimo’ Selu y cuyo público disfrutó con algunos de sus temas más conocidos. Tras Hijos del Levante, la banda Divan Du Don recogió el testigo cuando faltaban minutos para las 2.00 horas. La característica música de este grupo extremeño, que fusiona la rumba con el reggae, el rock, el pop o incluso el flamenco, fue la antesala del cierre de la fiesta, que corrió a cargo del dj Coke Bermejo. A eso de las 3.00 horas, los carnavaleros se adentraban en la recta final de la noche con la sesión de este productor cacereño.

Hoy domingo, el Carnaval llega a su fin. La plaza Mayor acogerá, primero, la tradicional fiesta infantil y, por último, una degustación de paella que tendrá lugar en la carpa municipal. El Carnaval toma impulso, los cacereños tienen algún motivo más para vivirlo en su ciudad natal el año que viene. Es cierto, queda mucho por mejorar. «Que la gente se involucre más, aunque este año ha mejorado bastante», por ejemplo, apuntaba ayer Teresa. Por lo visto ayer, Cáceres está en el buen camino. Ahora, a no desviarse.