La tercera noche de preliminares no solo no defraudó, sino que vino acompañada de alguna grata sorpresa. Al término de la jornada, ya se podían contar 13 actuaciones completas de murgas, lo que permite ir haciéndose una idea acerca del nivel de los repertorios de este año, y de los grupos que tienen posibilidades de convertirse en semifinalistas, y hasta en finalistas. Aunque está claro que, en este mundillo, siempre hay margen para sorprender. Y aún faltan por subirse a las tablas otros 12 grupos, que, a buen seguro, nos harán pasar tan gratos momentos como los 13 anteriores.

EL REINADO DE LAS CHUCHES/ La primera actuación de la noche corrió a cargo de los Indecisos, una murga que debutó en 2013, y que, este año, ha sumado su sexta participación en el concurso de murgas del carnaval de Badajoz. Si el año pasado se presentaron como unos turistas británicos bastante pasados de vueltas, este año vienen más dulzones. Todo el mundo se hacía preguntas acerca de quiénes serían esas «reinas de las fiestas» a las que aludían en el nombre con que habían anunciado su proyecto para este COMBA 2018. Y hay que reconocer que, en cuanto que se abrió el telón y se encendieron las luces, la duda quedó despejada. Porque aparecieron disfrazados de golosinas, concretamente de esponjitas de una tarta de chuches. Y, como todo el mundo sabe, las chucherías son las reinas de cada fiesta, y de cada celebración. Dedicaron los pasodobles a dar visibilidad a una enfermedad como la fibromialgia, y a reivindicar su forma de entender el carnaval, frente a quienes contemplan esta fiesta como una mera competición. También aludieron a temas actuales y curiosos, como el debate, que se planteó en el Congreso de los Diputados, acerca de la custodia compartida de las mascotas. Y, a pesar de ir de chuches, o precisamente por ello, aprovecharon su actuación para dar algún consejo saludable sobre la higiene bucodental.

Toni, El Enrea, Presidente/ Las chicas de 20 D’ Copas fueron las siguientes en subirse a las tablas del teatro noble de Badajoz. Situaron sobre el escenario una recreación de un bar extremeño, con su barra, sus jamones colgados, y todos sus detalles. Interpretaron a ‘Toni, el Enrea’, un personaje que se postula como candidato a presidir Extremadura desde el partido independiente Paripé. A lo largo de su actuación, hicieron una crítica constante a la tendencia de los políticos a incumplir sus propias promesas. Reivindicaron, repetidamente, el valor del ser extremeño, nuestras virtudes, y aquello de lo que podemos sentirnos orgullosos. Y nos animaron a unirnos, para ser más fuertes a la hora de luchar por el bien común. Defendieron, también con ahínco, el papel de la mujer en la sociedad, y el valor de su independencia. Y abordaron otros muchos temas, como el de las infraestructuras ferroviarias de la región, el del debate acerca del sistema de sonido del concurso o el relativo al fraude laboral que se produce cuando se alarga interminablemente el tiempo del desayuno.

En general, sorprendieron, por una mejora notable en la interpretación, y por el contenido de sus letras. Y hay que reseñar, además, su gran sensibilidad social, puesto que contaron con intérprete de signos, y con sistema de audio-descripción, para facilitar a las personas con discapacidad auditiva o visual el acceso a todos los detalles de sus letras e interpretaciones.

Un jediondo que cae bien/ Después del descanso, saltaron a escena los Jediondos. La murga resultante de la unión de componentes de los Niños y los Murallitas volvió a dar, una vez más, en el clavo, con un personaje, de perfil costumbrista, que, rápidamente, conectó con el público del teatro. Interpretaron a un cascarrabias, a lo que en extremeño definiríamos como un ‘jediondo’, que padece constantemente, porque todo le molesta y todo le parece mal. En el tipo presentaron dos modelos de vestuario. Por un lado, estaban todas las voces del grupo, que iban de ‘jediondos’, con pantalón, chaqueta y zapatos negros, y bufanda gris. Y por otro, los músicos, que se presentaron rebosantes de color, disfrazados de personajes reconocibles del carnaval pacense (Armonía, Viviriflanta, comparseros…). Su repertorio destiló ingenio y buen humor. Y especialmente destacable fue el giro que imprimieron a su primer pasodoble, en el que acabaron denunciando el acoso escolar. Luego, antes, después y durante (porque no dejaron de hacerlo a lo largo de toda la actuación), perfilaron un retrato detalladísimo de ese personaje al que interpretaban, reproduciendo, con ironía, descaro y mordacidad, una gran variedad de situaciones cotidianas en las que el «jediondismo» acaba brotando como un géiser.

Dios es carnavalero/ La última actuación del miércoles puede calificarse, sin miedo a exagerar, como divina. Porque los chicos de los Water Closet se plantaron sobre las tablas del López de Ayala interpretando, nada más y nada menos, que el papel de Dios. Recordaron muchos de esos momentos cotidianos en los que nos encomendamos al Altísimo. Discriminaron entre pecados mortales y veniales. Y nos relataron cómo Dios creó el universo, el mundo, y hasta el carnaval. Entre tema y tema, hasta tuvieron tiempo para provocar una aparición de Jesucristo, que llegó al centro de la escena a ‘lomos’ de un patín eléctrico. Fue una actuación verdaderamente divertida, en la que descubrieron hasta el origen de los cuernos de Satanás. Y es que, a lo largo de todo su repertorio, enlazaron, de manera muy talentosa, los temas de actualidad, con una sucesión de gags y chascarrillos alusivos a su condición divina, que hicieron las delicias de toda la parroquia que, aún a esas horas, estaba congregada en el teatro de la capital pacense.