Villanueva de la Vera cerró en la tarde de ayer los actos de la secular fiesta del Pero-Palo, en medio del jolgorio y la diversión general con la decapitación y posterior quema del muñeco que representa al malvado personaje, que a primeras horas de la mañana había sido condenado a muerte por un tribunal popular que falló: «que este bribón, el Pero-Palo, sea muerto y, enderezando el entuerto, caiga ya en el joguerón», visto que es «un gran marrano, se saltó to las barreras, agraviando a los paisanos».

Los actos comenzaron con la polémica celebración de la Corrida de las Elecciones, en la que un mozo a lomos de un burro comunicó al pueblo que el Pero-Palo había sido condenado a muerte», si bien en los últimos años la presencia de animalistas es muy inferior a la registrada en tiempos no muy lejanos. En este sentido el alcalde, Antonio Caperote, señaló que todavía vienen algunos conservacionistas, «pese a que ya hemos demostrado año tras año, que el burro de La Corrida de las Elecciones no sufre daño alguno», tras pasarse todo el año sin trabajar, a cuerpo de rey, en la finca municipal.

Ayer la encargada de hacer el recorrido fue la burra Celipa, que una vez más volvió por sus pies hasta el huerto desde donde sería trasladada posteriormente a la finca en la que pasará todo el resto del año.

Por otra parte durante toda la mañana tuvieron lugar diversos actos protagonizados por vecinos y visitantes, Los primeros viven desde niños de forma intensa el carnaval del Pero-Palo, declarado de Interés Turístico Regional. Sin embargo el colorido aumentó aún más, si cabe, por la tarde con el Paseo, en el que hombres y mujeres, lucieron vistosos trajes regionales, realzando el paseo de los capitanes.

A continuación el Ofertorio de las calabazas permitió a los calabaceros «aporrear» a los que decidieron aportar algunas monedas. Tampoco faltó la jura de bandera.

Por último el Pero-Palo, poco antes de anochecer fue decapitado, el cuerpo de paja manteado y posteriormente quemado, dándose así por finalizados los festejos que comenzaron el domingo anterior al de carnaval con el paseo de la Turra; nombre que recibe la cabeza del muñeco.