COSTUMBRES

Luto sin aplausos

Enriqueta de Irízar

No consigo entender por qué la gente aplaude en los entierros, a la entrada de féretros en la iglesia, y cuando se hacen minutos de silencio en homenaje o recuerdo de algo grave. En mi época, el respeto se demostraba con un silencio y un recogimiento total. Ya sé que los tiempos cambian, pero las aplausos solo los concibo en un teatro o exhibiciones deportivas y militares.

SOLIDARIDAD

Pobreza lejos y cerca

Ramón Antolín

Hace muchos años, sentado al lado de mi padre, este me explicaba la situación política y social que vivía España en 1939; es decir, en la posguerra, y recuerdo que me contaba cómo funcionaban las cartillas de racionamiento y no lo podía entender, y lo veía muy lejos. La semana pasada, dando una vuelta con el coche por la urbanización donde vivo, vi una cola de unas 10 o 15 personas. Todas llevaban unas hojas blancas en las manos: estaban esperando a que la Cruz Roja les diera alimentos para pasar el mes. Y, de golpe, me vinieron a la mente las palabras que me decía mi padre sobre las cartillas de racionamiento, y automáticamente pensé «qué triste que estemos igual, en este sentido, que hace 75 años».

Doy las gracias a Cruz Roja y Cáritas por todo lo que hacen, que, aunque sea poco, es mucho. Y a los señores políticos les digo: déjense de conspiraciones e intrigas, y pónganle al asunto algo de atención. Hagan algo por quienes lo pasan mal. Para eso les hemos votado.

DESIGUALDAD

Subir los salarios

Joan Palacín

Se nos dice, sin parar, que la recuperación es un hecho y que la economía anda muy bien. Las cosas no son así, al menos en cuanto a los salarios. Es verdad que las empresas, financieras y no financieras, tienen muy buenos resultados, pero no ocurre igual con los salarios que han llevado a España a la recuperación de las ganancias empresariales, porque la devaluación salarial ha permitido mayores exportaciones a costa de sueldos muy bajos.

No está en la voluntad de las organizaciones empresariales -ni del Gobierno-, subir los salarios. Si estos no aumentan, además de la disminución del consumo, la pobreza, que ya es elevada, crecerá más. Son del todo imprescindibles las subidas salariales. De lo contrario, la desigualdad, lejos de menguar, crecerá y crecerá.