Los socialistas

Dicen que son la izquierda

Ángel Morillo Triviño // Castuera (Badajoz)

Somos la izquierda, dicen a bombo y platillo los ya «gloriosos» nuevos cabecillas socialistas de la derecha española. ¿Sabrán estos cuatro pelafustanes lo que significa ser de izquierda?

Lo dudo mucho, pero, como dice el refranero, me imagino que lo que han pensado estos ganapanes es: «Cuando pases por la tierra de los tuertos, cierra un ojo». Ya que, los españoles son mayoritariamente de izquierda, aunque ésta esté dividida y de esa forma la injusta ley electoral los machaque sin contemplaciones. Pero no; esta nueva «élite» del partido socialista no va a convencer a nadie que esté medianamente informado o que goce de una cultura simplemente regular, aunque se disfracen de Caperucita Roja: No son de izquierda estos maulas del nuevo --pero viejo-- partido socialista obrero español (lo de obrero se les olvidó ya hace bastante tiempo a todos los que han formado parte de alguno de sus órganos de gobierno). Son, a mucho tirar, la izquierda de la derecha..., y tengo mis dudas. Pienso que debajo del rótulo de sus salas deberían añadir eso que dijo un tal Mendicutti: «Izquierda de garrafón». Y así, los sufridos militantes los mandarían a hacer gárgaras que es su sitio. No obstante, si hay garrafón en casi todo lo que consumimos (por lo menos los pobres y casi pobres), ¿por qué no lo puede haber en la política? Sí, claro que sí, porque el pacifismo, la antiviolencia, el anticonsumismo, la honradez, el ecologismo, el antiglobalismo, la cultura y el progreso y la defensa de la igualdad social, brillan por su ausencia entre los gerifaltes «socialistas». Recuerdan, no ya la derecha respetable, sino algo peor en muchos casos; y es una lástima, porque más de diez millones de votantes demandan una izquierda real que no se aclimate a tener trece millones de españoles (en Extremadura ¡389.425!, el 35,8 % de la población) ya en pobreza relativa y en camino de la pobreza severa; y, por tanto, en el de la exclusión social mientras otros se jartan con salarios de 8.000 € al mes.

Dijo Jardiel Poncela que hay dos maneras de conseguir la felicidad: una, hacerse el idiota; otra, serlo. Ya recelo cuál se debe aplicar a los mandamases «socialistas», aunque, posiblemente, haya de todo un poco, como resulta fácil comprobar en cualquier sitio donde gobiernan: Sólo hay que fijarse en cómo actúa la Junta de Extremadura en los temas sanitario, de la educación y otros no confesables. En fin, W. Churchill, cuando un periodista le preguntó si era feliz, le respondió: ¡¿me toma usted por idiota?! Pues lo mismo nos pasa a muchos españoles con los que manejan la nave del partido socialista y se figuran que somos felices: ¡¿Nos toman por idiotas?!