LA FELICIDAD

El estado ideal del hombre

Pedro Serrano // Valladolid

Con mayor o menor acierto, todos buscamos la felicidad. La buscamos aquí y allá dando palos de ciego, pero sobre todo la buscamos en la realización de nuestros deseos. El problema está en que, en el ser humano, los deseos vanos son infinitos y la mayoría inalcanzables y, cuando alguno de ellos se hace realidad, necesita ser reemplazado con urgencia, por lo que la insatisfacción suele ser casi siempre constante.

Pero, ¿qué es la felicidad? Quizá la mejor definición nos la haya dado Epicuro allá por el siglo III antes de Cristo cuando nos advierte de que el estado al que los hombres deben aspirar en la vida es doble: Aponía (ausencia de dolor corporal) y ataraxia (ausencia de desasosiego). Afirma incluso, que entre estos dos estados es preferible la ataraxia, puesto que el dolor corporal extremo no se prolonga indefinidamente, mientras que el dolor del alma puede atormentarnos toda la vida.

Sin dolor en el cuerpo y sin dolor en el alma, ¿a qué más se puede aspirar para ser feliz en este perro mundo? Ahora bien, ¿cuántos serán capaces de alcanzar este estado ideal? Es cierto que el dolor corporal cada vez está más controlado por la ciencia farmacológica, pero ¿cómo superar el dolor del alma provocado por el miedo, la falta de sentido o por las bofetadas y zancadillas de la vida?

DEMASIADO PRONTO

La luz de Navidad

Isabel Fuentes // Cáceres

Me preocupa que se desvirtúe el sentido de la Navidad iniciando su celebración demasiado pronto. La Navidad no es comprar, luces y jolgorio. La Navidad es otra cosas que los católicos sabemos.