SIN FRONTERAS

Viajar abre la mete

M. Llopis Piferrer // Barcelona

El cambiar de aires no es sólo un gran descanso, sino, y en parte por eso, un modo de ampliar los propios horizontes mentales. «El nacionalismo se cura viajando» decía ya, entre otros, Pío Baroja. Y un cartel de la reciente feria internacional del turismo de este mes proclamaba, con cierto optimismo, que el viajar fomenta la paz.

Porque no basta con un viaje relámpago, ni de alguien como el teólogo que se negaba a mirar por el anteojo de Galileo por si confundía al mirar y se le estropeaba su tan penosamente construido sistema mental.

Incluso en ese caso, al viajar, los personajes de sistemas cerrados, lejos de sus mil asesores y debiendo responder a de inmediato sucesos imprevistos, tienen reacciones reveladoras.

Así Fidel Castro, al recibir en una cumbre en España la noticia del apresamiento de Pinochet en Inglaterra, se alegró primero; pero a las pocas horas, al pensar que le pudiera pasar a él algo parecido, denunció, como Fraga, que eso rompía el orden jurídico mundial.

Sin llegar a tanto, es curioso que el papa Francisco, al alejarse de la cúpula vaticana, haya hecho algunas declaraciones sorprendentes.

Así, tras el ataque islamista a un semanario satírico francés, justificó la agresión física «si se insultaba a su madre» (la Iglesia); también, mientras viajaba, que «no hay que tener hijos como los conejos»; y, en el reciente viaje a Chile, contra lo que había afirmado tantas veces, puso de relieve, de palabra y obra, su pertinaz protección a los clérigos envueltos en casos de pederastia.

USO DE PROTECTORES

Tener buena cabeza deportiva

José María Grandas Menéndez // Madrid

Contra lo que afirma, quizá por su demencia ya contraída, el futbolista Shearer, ese deporte sí puede inducir a la locura e incluso ser, como otros, asesino.

Por tanto, hay que hay que usar protectores para la cabeza, como ya se está haciendo para los niños, o cambiar las reglas para conservar bien la cabeza para jugar mejor , actuando con los pies, como es lo normal e indica su mismo nombre (foot, en inglés).

Ya se cambiaron hace tiempo las reglas del toreo en países más respetuosos de la vida que el nuestro (Italia, Portugal, etcétera) tras la condena moral por suicidas a los toreros que hizo un papa compasivo, fiel seguidor de las enseñanzas de Jesús, y se está haciendo cada vez más con otro deporte aún más inhumano, el boxeo.