TRAS UN FALLECIMIENTO

Agradecimientos y desagradecimiento

Juan Carlos Rodríguez Pache // Cáceres

A través de este medio quiero expresar mi agradecimiento y también desagradecimiento a la asistencia que ha recibido mi padre Isidro Anacleto Rodríguez Jiménez, cacereño de toda la vida como él mismo decía a sus amistades, que falleció el pasado día 13 en el hospital San Pedro de Alcántara.

Agradecimiento para todos los servicios médicos que han estado implicados durante estos días para poder sacar adelante a mi padre (Urgencias de ambos hospitales, Radiología, Cirugía Maxilofacial del Infanta Cristina, UCI, Neurocirugía y Cuidados Paliativos). A todos los profesionales que han velado por su salud (médicos, enfermer@s,TCAES, celadores, personal de limpieza...) muchas gracias por vuestro trato humano y profesional. Seguir así porque no sabéis, o sí, lo que se agradece en esos momentos tan duros. Gracias a ese tesoro humano. La sanidad extremeña funciona, no por sus gestores.

Mi último agradecimiento y más grande es para todos mis compañer@s de Medicina Interna. Sois como sabéis mi segunda familia, no olvidaré nunca lo que habéis hecho por mi padre, por mí y mi familia.

Por último, mi desagradecimiento y que sirva como denuncia para el trato recibido el día 1 de abril por el 112 mandando a mi domicilio una ambulancia sin equipo médico después de haber comentado la gravedad de mi padre con pelos y señales , ya que soy sanitario, con el médico de sala (TCE + Hematoma subdural), entrando en coma en el traslado. Mi agradecimiento a los técnicos de transporte.

Hoy en día y gracias a los grandes profesionales la sanidad extremeña funciona a pesar de los inmensos recortes que se han producido en los recursos humanos.

Señores políticos: déjense de obras faraónicas, pisen más el terreno y estén más pendiente de las necesidades de su personal, ya que todo ello irá en beneficio de todos los usuarios, incluidos ustedes.

‘CASO CIFUENTES’

Lo que el PP de Rajoy entiende por honradez

Carmen Dorado // Agente judicial

Asistimos incrédulamente al circo de los másteres de quienes están acostumbrados al todo cuela. La señora Cifuentes se mantiene enrocada, como si fuera una santa, y quiere hacernos creer que ella no es responsable de nada de todo cuanto se dice; como si sus amiguitos de la URJC hubieran querido regalarle un máster, como quien regala unas flores, y ella no supiera nada. Tristemente, los secuaces de la aún presidenta de Madrid también se aferran a la mentira, como si hubieran jurado defenderse entre ellos frente a cualquier verdad por palmaria que fuera. Rajoy no se queda atrás y parece que considera que no hay motivo para que Cifuentes dimita. Este gesto por parte del presidente del Gobierno nos deja claro lo que él mismo y el PP entienden por honradez, seriedad y, sobre todo, dignidad.