JOSÉ MARÍA ÍÑIGO

Mi gran referente

María Teresa Hernández // Gran Canaria

Recuerdo, como si fuera ahora, aquella pantalla de televisión no mayor que la de mi ordenador, que se reservaba para ver Directísimo y poco más. En casa, José María Íñigo era una institución. Me resultan imborrables no pocas noches en las que nos sentábamos todos para ver y escuchar a este gran comunicador al que debo mi vocación. Nunca tuve la oportunidad de conocerle. Sin embargo, siento que siempre estaré en deuda con él por haberme enseñado el secreto del verdadero periodismo: la incomparable generosidad de escuchar.

POLÍTICA

Siempre es lo mismo

Álvaro Fernández // Plasencia

Mientras cenaba con la familia, de fondo se escuchaba la voz de la presentadora del telediario, y todas las noticias eran sobre política, nada de lo que oíamos era nuevo: que si Puigdemont, que si otro escándalo del PP... Me puse a pensar en el tiempo que hacía que en la mesa no se comentaba algo que no estuviera relacionado con la política. Ya no recuerdo cuánto hace que la política es el tema principal en el que acaban derivando la mayoría de conversaciones. Parece ser que todas ellas han sido absorbidas por este único tema, donde los protagonistas siempre son los mismos.

WOMAD

Músicas y artesanías del mundo

María Francisca Ruano // Cáceres

Cuatro días al año, aquí y en primavera, se llena la metrópoli de culturas diversas que, o cantan en escenarios de abarrotados espectadores o muestran sus creaciones en los tenderetes entre sol y sombra. Jóvenes en general y maduros en particular, desnudan la pasión de sus vidas a voz en grito o en muchas horas al raso, entre colores, telas, abalorios, sin formas de hastío, depresión ni cansancio, sin quejas ni malas maneras o aburrimiento. Gestos de artistas, tal vez. Otras existencias. Una pequeña ciudad de músicos y de artesanos dentro de una ciudad más grande con gente absolutamente distinta. Esa es la magia, ese el atractivo, la brillante diferencia, fugaz, que llega, que se va. Pero que vuelva, que brinque y toque su flauta de aire y tambores, que extienda los collares de semillas y la seda de la India, que invada --efímera-- la indiferente indiferencia inquebrantable. Eterna.