la selectividad

Admitir el error

Katovi // Cáceres

No se puede hablar de hackeo cuando se habla de una negligencia de un empleado de la universidad al guardar esos exámenes en una carpeta compartida y no privada del servidor. La solución pasa por admitir el error, depurar responsabilidades y pasar página. No se puede convocar a 5.000 estudiantes de nuevo con las molestias que ocasiona a los que tienen otras obligaciones o se encuentran de viaje.

EL CASO FILESA

Marino Barbero

José Manuel Sánchez Blanco // Villafranca

Ante la sentencia del caso Gürtel me vienen a la memoria unas declaraciones de finales de los años noventa del juez Marino Barbero, primer juez instructor del caso Filesa, con sentencia condenatoria por financiación irregular del PSOE. El juez Barbero manifestó: «el 90% de los casos de corrupción están ligados a la financiación irregular de los partidos políticos y depende de estos acabar con este importante volumen de corrupción en nuestro país; simplemente tienen que ponerse de acuerdo y modificar la ley de financiación de los partidos». A lo largo de estos casi 30 años no ha habido alguna iniciativa al respecto. Mientras, hemos vivido sucesivos casos como Taula, Lezo, Palau de la Música, Gürtel, Erial, y aún estamos pendientes de la sentencia del caso de los ERE en el que hay imputados dos expresidentes autonómicos.

MOCIÓN CENSURA

Asuman la derrota

Pedro Serrano // Antoñán del Valle (León)

A Rajoy y a su partido no les avergüenza hacer una interpretación libre de la constitución y de las buenas formas democráticas. Para ellos la moción de censura ha sido algo así como una conspiración, un golpe de Estado, una trama urdida contra ellos, los salvadores de España. Es curioso, cuando el PP pacta con nacionalistas o con Ciudadanos, eso es tener responsabilidad, sentido democrático y de Estado, pero cuando lo hacen los demás es un acto irresponsable de perdedores, un acto de traición a la democracia y al Estado. Pues no, señor Rajoy, por mucho que le duela, Pedro Sánchez le ha ganado la partida limpiamente; de modo que, vuelvan a la realidad y acepten que su defenestración es la consecuencia de sus políticas regresivas y su continuada y pestilente corrupción. Y entiendan que las urnas nunca pueden legitimar el latrocinio y el mal gobierno. De modo que, si son tan patriotas y democráticos como dicen, pidan perdón, asuman con dignidad su merecida derrota y no ensucien con insidias a los que, necesaria y legítimamente, hicieron posible su desalojo del Gobierno.