Violencia machista

«No seré una mujer libre...»

Carla Fernández // Villafranca del Bierzo

La cita de la escritora Audre Lorde: «No seré una mujer libre mientras siga habiendo mujeres sometidas», del siglo XX, sigue siendo aplicable hoy en día. Actualmente, el machismo es el mayor problema que tiene la sociedad y su gravedad aumenta por la actitud pasiva de esta y del propio Gobierno.

Desde nuestros primeros años, las mujeres estamos sometidas a una educación machista y a un sistema patriarcal que nos limita. Sin razón aparente, somos consideradas inferiores: maltrato psicológico, doméstico, diferencias salariales, dificultades en los trabajos... Hasta llegar a los extremos más atroces. Entre el 2008 y el 2017, 649 mujeres han sido asesinadas por sus parejas. Si a estas víctimas añadimos las del año 2018 se alcanzan las 673. A ello hay que sumar el elevado número de violaciones, abusos y agresiones que van en aumento, favorecidos por las ridículas sentencias de la justicia española. Normalizando estos asesinatos, la brecha salarial, los abusos, agresiones, la prescripción de estas, los piropos, que una mujer vaya con miedo por la calle, las actitudes machistas hacia las periodistas y el incontable resto de situaciones a las que nos sometemos día a día, solo se agrava el problema. La solución no está en que nosotras evitemos sufrir estos comportamientos, la solución está en que el otro género no los lleve a cabo y, para ello, el primer cambio está en la educación.

El siglo XXI es el siglo de las mujeres y del cambio y, para ello,toda la sociedad debe luchar unida.

Drogas

La prohibición mata

Cristina Castro // Torrejón de Ardoz

La mayoría de nosotros pensamos que las drogas son malas porque provocan muertes. Desde pequeños, nos motivan para huir de ellas, lo que es comprensible, dado que hasta 250.000 personas pierden la vida anualmente por su culpa. Esta horrible cifra nos ha llevado a criminalizar, prohibir y perseguir todas las drogas. Sin embargo, así solo hemos conseguido crear más muertes. Las drogas no siguen las reglas del mercado porque siempre habrá demanda, lo que desemboca en la creación de cárteles y mafias que se financian con el tráfico. Perseguir su consumo solo ha llevado a la aparición de más crimen organizado y esto causa aún más violencia y muertes que las drogas.

El 2001, Portugal discriminalizó las drogas, lo que supuso un descenso en el número de víctimas por sobredosis y se empezó a tratar a los drogadictos como enfermos y no como delincuentes. Si sabemos que el fumador y el alcohólico son gente que necesita ayuda, ¿por qué tratamos al drogadicto como a un criminal?