El «nuevo» Partido Popular, con un insensato Casado a la cabeza, emplea un populismo rancio y temerario que nada tiene que envidiar a Trump, Le Pen o Salvini. En su búsqueda de votos, agita un fuego que puede arder con facilidad y flirtea con un discurso xenófobo a costa de los inmigrantes. Con falsedades, manipulaciones y omisiones, sostiene que España «no puede absorber a los millones de africanos que quieren venir» y que «no hay papeles para todos». Es obvio que nadie ha prometido tal necedad. Lo único cierto es que existe una grave crisis humana que Europa debe resolver en sus raíces generando estabilidad política en los países de origen y sufragando proyectos rentables que desarrollen la vida de las personas.

Las irresponsables palabras del líder popular usando la inmigración para hacer oposición distancian, encienden los ánimos y no contribuyen a solucionar el problema sino que lo agrava incrementando la angustia de seres humanos que no dejarían su tierra si atisbaran un hilo de esperanza. Sin duda, Pablo Casado, debería hacer un máster -de los de verdad- en inmigración.

VALLE DE LOS CAÍDOS

A propósito de Franco

Pepe Extremadura

Cáceres

Ahora que de nuevo el caudillo está de rabiosa actualidad, por el tema de todos conocido, como es su próxima exhumación del Valle de los Caídos voy a traer aquí un suceso que ocurrió durante su largo mandato y no deja de ser un caso curioso, al menos para mi. Ocurrió hace muchísimos años, más o menos de la siguiente manera: Por aquel entonces, se hallaba de presidente del Gobierno el señor Carlos Arias Navarro, al cual se dirigieron respetuosamente por carta unos 411 trabajadores, con el propósito de expresarles su inquietud por el futuro de Authi Morris empresa de automóviles ubicada en Navarra a la que pertenecían y su repulsa por la actitud del ministerio del ramo, al que calificaban en la carta de (dialogo de sordos). «Pedimos perdón por todos los errores que hayamos podido cometer, fruto de la falta de información y estamos seguros de que usted hará cuanto esté en su mano para solucionar nuestro problema» y los etcéteras de rigor. Aquellos si que eran otros tiempos, los obreros tenían un temor de Dios y un respeto a la hora de dirigirse a las autoridades, que ahora por desgracia se ha perdido, sobre todo, porque en la actualidad, se han vuelto unos descarados, con tanto sindicalismo y con tanta huelga. Razón tenían por otro lado los trabajadores, al calificar de dialogo de sordos unas negociaciones en las que intervenían como una de las partes, el Ministro de Relaciones Sindicales, Alejandro Fernández Sordo. Rara vez un apellido se adecuo tanto a la función de su titular. Convencido sin duda de que el anterior ministro de la cosa de apellido Ramal iba a dar lugar a desviaciones, el entonces caudillo de España por la gracia de Dios, tuvo la genial idea de poner a un sordo en el puesto adecuado; el de escuchar a los obreros. Claro que en aquel Gobierno había una homogeneidad notable entre Sordo, Barrera y Cortina. Por eso no es de extrañar que un equipo de Gobierno tan impermeable, acabara echando a un ministro que oso llamarse Pío.

tabaco

Guárdense las colillas

David Sempau

Madrid

Estimados fumadores: Si a pesar de la abundante información sobre las secuelas del tabaquismo decidís seguir con ello, os voy a pedir un gran favor: guardaos las colillas. No hay derecho a que, además de ensuciaros a vosotros mismos, ensuciéis también playas, bosques, caminos y calles con restos que afean y contaminan un entorno que es de todos, que no son biodegradables y que permanecerán años allí donde nos los habéis regalado. Del mismo modo que lleváis encima el paquete de tabaco y el encendedor, llevad una cajita o una lata vacía, meted ahí vuestras colillas y reciclad luego adecuadamente. Todos saldremos beneficiados.