El prior del Valle de los Caídos parece tener un gran conflicto personal, pues todo hace pensar que no tiene muy claro a quién adorar con más fervor si a su dios o a Franco. Al parecer, el fraile Santiago Cantera se niega a que se exhume a Franco y amenaza con denunciar por profanación a quien lo haga. Claro que, habría que recordarle a este incondicional del generalísimo que cumplir las leyes no es profanar, sino obligación de todo buen ciudadano. Además, profanar de verdad fue lo que hizo Franco en este país con la libertades y la justicia. Por otra parte, no está al alcance de mi sentido moral y filosófico de lo que es el bien y el mal comprender que un cristiano dedique su vida a honrar con ceremonias y rezos a un criminal. Nunca he sido capaz de comprender por qué razón la Iglesia católica parece estar siempre más cómoda con los ricos que con los pobres; con los poderosos que con los don nadie; con los regímenes totalitarios que con los democráticos. ¿Qué pensaría el hijo del carpintero si se diera otra vuelta por este hipócrita e incomprensible mundo?