Muchos creen que la naturaleza es perfecta, la verdad es que no lo es, pues en su diseño podemos encontrar varios errores. Desde el inicio de nuestra adolescencia y hasta nuestra vejez, estamos acostumbrados a tener deseos sexuales que nos preparan para la reproducción, el fallo de la naturaleza se halla en que aunque estemos preparados para engendrar vida, no lo estamos para la crianza. Existe la errónea creencia de que criar a un hijo es algo instintivo y natural, desgraciadamente no lo es, pues una gran parte de los padres fracasan en ello. En vez de criar a un hijo aprendiendo de los errores de sus padres, muchos de ellos educan a sus hijos como sus padres les educaron a ellos, repitiendo errores.