La vigilancia activa y permanente como receta contra el furtivismo y el uso de venenos podría decirse que es la base del proyecto de conservación del oso pardo cantábrico que Obra Social Caja Madrid y la Fundación Oso Pardo (FOP) han acordado y puesto en marcha recientemente.

Este proyecto consiste en dos acciones básicas, por un lado, el impulso y mantenimiento operativo de las ´Patrullas Oso´ del Principado de Asturias, y, por otro, la elaboración de un programa educativo denominado ´Dejando Huella´.

Las ´Patrullas Oso´, de la Fundación Oso Pardo, son grupos de guardas que vigilan y controlan las principales áreas naturales de la Cordillera Cantábrica. Gracias al proyecto de Caja Madrid y FOP estos vigilantes trabajarán para cubrir los núcleos reproductores del oso pardo cantábrico en los Parques Naturales de Somiedo y de las Fuentes del Nancea, Degaña e Ibias.

En estos espacios naturales se realizará un seguimiento activo de diversos aspectos de la vida y el entorno de estos animales y actuarán contra el furtivismo. Entre sus funciones está también la de elaborar un censo anual de osas con crías, observar y recoger información sistemática sobre el hábitat y el comportamiento de los animales, apoyar estudios científicos que se realicen sobre la especie y conducir rutas guiadas para el programa ´Descubre el país de los osos´.

Educar para concienciar

La segunda acción del proyecto que afrontan de forma conjunta Caja Madrid y FOP es la elaboración del programa educativo ´Dejando Huella´, que consiste en la elaboración de los contenidos destinados a la formación de profesorado de primaria y secundaria para el desarrollo de actividades didácticas de sensibilización sobre la -protección del oso pardo de la Cordillera Cantábrica.

Asimismo, se pondrá en marcha un programa educativo llamado ´Dejando huella´, que desarrollará el profesorado de primaria y secundaria con actividades didácticas en las aulas en torno a la conservación del oso pardo cantábrico. Con esta iniciativa, la Fundación Oso Pardo quiere contribuir además a difundir el "gran interés" zoológico y conservacionista de la población de osos cantábricos. Esta especie, como informa la FOP, tiene una identidad genética que la hace ser ligeramente diferente a otras poblaciones oseras y, por tanto, única a nivel mundial, circunstancia que le otorga un gran valor e interés zoológico y conservacionista. Se trata de una de las poblaciones de osos más escasas y amenazadas a nivel mundial, ya que su censo se sitúa actualmente en torno a 105-130 ejemplares.

El oso pardo está protegido por la normativa española, pero también por la comunitaria, que lo clasifica como "especie prioritaria", lo que supone que su conservación constituye una especial responsabilidad para las Administraciones concernidas. La persecución ilegal del oso pardo se considera un delito penal que puede ser castigado con la cárcel y cuantiosas multas económicas.