Novelista, dramaturgo, guionista, director, actor… Sam Shepard, fallecido este lunes a los 73 años, fue un buen reclamo para el cine en los años 80, trabajó antes con Bob Dylan, estableció una estrecha relación con Wim Wenders -interesado como él en una determinada paisajística americana- y como actor pasó sin problemas del cine mainstream al independiente. Estos son cinco de sus trabajos a uno y otro lado de la cámara, algunos de los que le convirtieron en un personaje reputado entre la cinefilia y los amantes de la nueva literatura de motel.

ELEGIDOS PARA LA GLORIA (Philip Kaufman, 1983)

Entre un nutrido reparto de nuevas y no tan nuevas promesas (Ed Harris, Barbara Hershey, Dennis Quaid, Scott Glenn) destaca el papel de Shepard -su primera interpretación importante- como Chuck Yeager, un piloto de pruebas que rompió la barrera del sonido en una aeronave. Adaptación del libro de Tom Wolfe.

PARIS, TEXAS (Wim Wenders, 1984)

Shepard inició su buena relación con Wim Wenders escribiendo el guión de Paris, Texas, adaptado por L.M. Kit Carson. Una variación de Centauros del desierto de John Ford, coronada con la secuencia, muy bien dialogada, del reencuentro en un peep show entre Harry Dean Stanton y su antigua esposa, Nastassja Kinski.

LOCO POR AMOR (ROBERT ALTMAN, 1985)

Convertido en escritor de moda, Shepard vio como Robert Altman se decidía a adaptar su obra teatral estrenada en San Francisco en 1983. Pero además, Altman le pidió que hiciera el guión e interpretara al protagonista masculino, un 'cowboy' vagabundo que reencuentra en un motel a su antiguo amor (Kim Basinger).

NORTE LEJANO (Sam Shepard, 1988)

El primero de los dos filmes que dirigió Shepard. Protagonizado por la que entonces era su compañera sentimental, Jessica Lange, narra el regreso de una mujer de Nueva York a su pueblo natal -uno de los muchos ambientes rurales que tan bien retrató el escritor- después del accidente que ha sufrido su padre.

LLAMANDO A LAS PUERTAS DEL CIELO (Wim Wenders, 2005)

Un viejo actor de wésterns intenta superar el desarraigo, la bebida y la soledad en la que ha sucumbido volviendo a sus raíces. Toda una certera iconografía del género americana servida por Shepard para Wenders: el guión es suyo, protagoniza el filme con Jessica Lange y banda sonora es de T Bone Burnett.