Isabel Barquilla Solís y su marido llevan doce años ayudando a perros y gatos que se encuentran abandonados en la localidad. Es una labor que realizan desinteresadamente y sin ningún tipo de ayuda pero en los últimos meses, Barquilla denuncia que los casos se han visto incrementados en número así como en "el grado de sufrimiento en el que dejan abandonados a los animales".Señala que "la gente debería de sensibilizarse con los animales" y relata a La Crónica los últimos casos en los que han recogido animales que han necesitado los cuidados del veterinario. Operaciones de tumores, miembros magullados que requieren intervenciones y vacunas que tienen un coste que deben sumar a los que tienen en comida.UNA DE LAS HISTORIASEl último perro que han recogido es una hembra cuyos dueños dejaron abandonada en una garrafa de alquitrán le han puesto el nombre de Chispita.Cuando Barquilla y su marido la recogieron tenía una pata rota y explica que "al limpiarla además de garrapatas tenía el alquitrán pegado al pelo de la barriguina que se le peló toda". Hubo que "curarle la pata, que lleva con una escayola y ponerle suero durante 15 días". Sin embargo Barquilla comenta que "está haciendo progresos y está prácticamente curada". Señala que es una perra muy cariñosa y que podría hacer compañía a alguna persona amante de los animales. Mientras tanto, será ella y su marido quien cuiden de ella.En este caso concreto, afirma que la dejaron abandonada a su puerta pero en otras ocasiones señala "nos la tiran por encima de la portera que mide dos metros y medio". Explica que cada vez son más los animales que recogen y que mantienen cerca de cuarenta perros y más de cincuenta gatos.